Esta temporada invernal tendría heladas menos intensas que las del año pasado

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Hace exactamente un año, el 26 de mayo de 2020, los termómetros marcaban en Córdoba mínimas de hasta -8,3°. Y esa jornada era el corolario de una ola polar que ya había provocado varias mañanas con heladas y que fueron el presagio de un año signado por ser uno de los de mayor cantidad de días con temperaturas bajo cero.

En 2021, la campaña fina comenzó con menos frío: ya se registraron algunas madrugadas con heladas, pero con registros no tan bajos. Y parece ser que será uno de los sellos distintivos de esta temporada: según el pronóstico estacional de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, será una campaña con heladas “no tan intensas” como las del ciclo anterior.

Según la perspectiva elaborada por el climatólogo Eduardo Sierra, en este momento el sistema climático está atravesando una fase de transición con el Océano Pacífico Ecuatorial que conserva una amplia franja con temperaturas por debajo de lo normal, que constituyen un “residuo” de La Niña.

En este contexto, se prevé que lo que resta del otoño y el invierno mantengan un estado “Neutral Levemente Frío”, pasando a “Neutral Frío” al llegar la primavera.

En lo que respecta a la actividad del Polo Sur, Sierra afirma que tendrá valores negativos –por debajo de lo normal– hasta enero de 2022, lo que significará el impulso de masas de aire frío y seco; mientras que el Océano Atlántico compensará con un fuerte calentamiento, que incidirá en lluvias en las zonas cercanas a los mares.

“Aunque es demasiado temprano para hacer un diagnóstico completamente certero, tomando en consideración lo expuesto, puede señalarse que la campaña 2021/2022 apunta a una evolución menos perturbada que la observada en 2020/21, pero no exenta de riesgos”, remarca Sierra.

Otoño. El Pacífico Ecuatorial evolucionará dentro un escenario Neutral levemente frío, pero al mismo tiempo los vientos polares volverán a hacer sentir su influencia, mientras el calentamiento del Atlántico beneficiará a las zonas cercanas al litoral, pero no al interior del territorio.

Se producirán cortos e intensos descensos térmicos, pero sin causar heladas otoñales tan intensas como en la temporada anterior. Y la disminución estacional de la radiación solar y temperatura reducirán la evapotranspiración, mejorando el aprovechamiento de las precipitaciones, pero sin lograr compensar los déficits en el interior del área agrícola.

Invierno. El Océano Pacífico Ecuatorial mantendrá un estado “Neutral Levemente Frío”, mucho menos marcado que la temporada anterior, pero los vientos polares intensificarán su influencia, enviando aire fresco y con bajo contenido de humedad hacia el interior de las zonas agrícolas.

Nuevamente, sólo las zonas más próximas al Océano Atlántico recibirán buenos aportes hídricos gracias al calentamiento de sus aguas. Asimismo, se intensificarán los cortos e intensos descensos térmicos, pero “es probable que no se registren heladas invernales tan intensas como en la temporada anterior”, insiste el informe.

Primavera. El Océano Pacífico Ecuatorial se enfriará, pasando a un estado “Neutral Frío”, que incrementará su efecto depresor de las precipitaciones. Paralelamente, los vientos polares incrementarán su actividad, aumentando este efecto depresor. Esto seguirá compensándose en las zonas cercanas al Océano Atlántico, por el calentamiento de sus aguas.

Desde el punto de vista térmico, se observarán algunos descensos térmicos tardíos, pero menos riesgosos que en la temporada anterior. En la campaña pasada, hubo fuertes bajas de temperaturas que ocurrieron llegada la primavera.

Verano. Los vientos polares reducirán gradualmente su intensidad, al mismo tiempo que el Pacífico Ecuatorial disminuirá su enfriamiento, haciendo que el clima evolucione hacia un estado más cercano a lo normal.

No obstante, enero sufrirá los efectos residuales del proceso, por lo que las lluvias continuarán siendo inferiores a lo normal sobre el interior del área agrícola, y sólo las zonas cercanas al calentamiento del Océano Atlántico recibirán precipitaciones abundantes.

Recién en febrero las precipitaciones regresarían a gran parte del interior del área agrícola, aunque el sudoeste de la Región Pampeana, más próximo al área de acción de los vientos polares, seguiría registrando faltantes de humedad. (fuente AgroVoz)