El sorgo es un cultivo que ha venido perdiendo terreno de forma constante en los últimos años, llegando a la cifra de 520.000 hectáreas sembradas en la campaña 2019/20. Sin embargo, este año se prevé un fuerte repunte, estimándose el área en 850.000 hectáreas según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. La opinión de empresas del sector habla inclusive de un 10% más de esa superficie, lo cual se debe a una combinación de múltiples factores.
Según un informe de la firma Biscayart Semillas, «uno de los factores más importantes son los altos precios registrados en los últimos meses, alcanzando al día de hoy un valor futuro de US$210 la tonelada, superando al maíz. Logrando márgenes brutos por hectáreas inéditos en los últimos años. Esto hizo que gran cantidad de productores cambiaran sus planteos productivos para esta campaña agrícola».
«Frente a un año con pronóstico de Niña, es un cultivo por el cual apostar. Su morfología y fisiología hacen que tenga resistencia a la desecación, esto le permite ser de las plantas más eficientes en el uso del agua (250-300 litros/1 kg de materia seca de forraje). Otra aptitud a favor del sorgo es que se adapta a suelos con menor fertilidad e incluso con salinidad moderada, ampliando la frontera agrícola», agrega el informe de la empresa.
Según el reporte de Biscayart Semillas, «en este contexto donde el sorgo vuelve con fuerza después de varios años, muchos productores deberán actualizarse y refrescar las adecuadas prácticas de manejos para no cometer errores, principalmente en la implantación del cultivo. Las empresas del sector están acompañado este resurgir, apostando por nuevos materiales y tecnologías».