(Conexión Rural/Pablo Salinas) Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre los efectos de la sequía en el sector agropecuario, y una de sus consecuencias será, según se está previendo, un importante aumento del precio de la carne bovina.
En este sentido, el productor ganadero y consignatario de hacienda, Esteban Boyle, explicó que “hace tres años que venimos con un régimen de lluvia inferior al normal para la zona. Hoy tenemos una sequía que abarca a todo el centro del país, salvo en La Pampa que es una provincia en que ha llovido de regular para arriba”.
En lo que se refiere a la provincia de Santa Fe opinó que “está incendiada de punta a punta. Es lamentable y será un tema difícil para todo el año que viene, a esto lo vamos a empezar a sufrir de ahora en adelante. El primer gran impacto va a ser el aumento en la hacienda”.
Para Boyle, “la hacienda es oferta y demanda, ahora todavía no aumentó todo porque la sequía hizo que salieran más animales. Esto ya nos pasó en 2009, se va a achicar el stock de hacienda, van a salir los feedloteros y dejarán de engordar hacienda, porque este es el tercer año que vienen perdiendo plata, en un promedio de 10 mil pesos por animal”.
En este marco, pronosticó que habrá menos feedlots en el mercado, y en consecuencia, “al haber menos oferta el precio se irá para arriba. Hoy el mercado está empezando a subir, y lo bueno de esta suba es que está siendo gradual, y no como hace un año que de valer 350 pesos pasó a 400. Esas subas son muy grandes y en el mostrador un corte de 1000 pesos pasa a valer 1500”.
Siguiendo con su razonamiento el consignatario de hacienda planteó que “hoy la carne está regalada para lo que va a venir”, y precisó que durante el año pasado de enero a diciembre “los valores de la hacienda gorda fueron siempre los mismos, no cambiaron, con un 95 por ciento de inflación”.
Puesto en números, Boyle opinó que “si lo actualizamos el novillo gordo tendría que valer 500 pesos y hoy está en 350 pesos. Si llegara a valer 450 o 500 pesos, el kilo de asado en el mostrador tendría que costar no menos de 3 mil pesos, y ahí sería muy costoso, sobre todo para los salarios que vienen corriendo de atrás”.
Intervención estatal
Como ocurre ante cualquier condición climática que afecta al campo, el Estado tiene que salir a aplicar paliativos para que el golpe no sea tan duro. En este caso, ya se comenzaron a entregar algunos aportes en el norte provincial “lo de allá es desesperante porque está en juego la vida de los animales, ahí no es el problema si se engorda o no, ahí te falta el agua y no hay nada, y mueren vacas, terneros, y son consecuencias que vamos a comenzar a ver de acá en adelante, porque la pérdida de terneros la vamos a notar el año que viene”.
En este punto de su análisis, Boyle afirmó que un papel preponderante en la alimentación de los animales es el maíz: “En el feedlot podes hacer cualquier cosa, podes hacer maravillas, pero el precio del maíz te indica lo que te cuesta el engorde. Si el maíz se está perdiendo por la sequía, y se llega a ir muy arriba en el precio, en algún momento a los feedloteros le van a tener que dar alguna ventaja porque no van a poder seguir”.
Boyle también opinó que “en el tema de la carne cuando menos intervenís, mejor es. Esto es oferta y demanda, y cuando permitis exportar más, tenes la posibilidad de dejar los cortes que no se consumen afuera, que son los que nos gustan a nosotros”.
En la misma línea, planteó que “no hay que cometer el error de cerrar la exportación o intervenir como se hizo el año pasado con las vacas de conserva. Si el Estado no toca nada todo fluye, porque la oferta y la demanda hará lo suyo, y después se irá acomodando. Lo ideal sería que el que aumento sea escalonado, que no tengamos un golpe fuerte, porque ahí será más complicado”.