Una investigación refleja la situación actual de las carnes y una proyección a 4 años. El pollo pisa fuerte y el cerdo es la revelación.
Una investigación refleja la situación actual de las carnes y una proyección a 4 años y así la carne vacuna crecerá en la exportación, el pollo pisa fuerte y el cerdo es la revelación. En las últimas semanas, el aumento en los precios de la carne vacuna impulsó los cambios en el consumo y el pollo y el cerdo ganaron terreno en las preferencias de los consumidores.
David Miazzo, economista e investigador de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) explicó la operatoria de precios. «Para producir un kilo de carne vacuna se necesitan 7 kilos de alimentos y 30 meses desde el nacimiento del animal hasta la faena. En cambio, en el caso del cerdo, se utilizan 3 kilos y la espera es de 6 meses. En el pollo los números son aún menores, se necesitan 2 kilos de alimentos y 2 meses», dijo.
Miazzo agregó en el informe: «Por eso en el mundo, excepto en Argentina, el cerdo es lo que más se consume, le sigue el pollo y por último la carne roja. En nuestro país es otro el orden de hábitos con mayor protagonismo de la carne vacuna, pero cuando el precio se dispara, los consumidores cambian las preferencias porque la gente no convalida los precios».
Según el especialista de FADA, «los precios se van a ir acomodando y, si bien no volverían a los valores anteriores, algo podrían bajar. Especialmente va a crecer la brecha entre distintos cortes, por ejemplo, con una mayor diferencia de precios entre el lomo y la costilla».
En relación a esta situación, algunos de los llamativos datos que se desprenden del estudio sobre carnes argentinas son:
El «asado argentino» podría volver al top five mundial y perder lugar en la parrilla argentina.
El pollo crece en la dieta de los argentinos.
El cerdo, la revelación: podría incrementar un 50% la producción.
De este modo, la carne vacuna podría escalar cinco puestos en el ranking mundial de exportaciones ya que, según economistas de FADA, la Argentina se ubica en el puesto 10 de los mayores exportadores de carne bovina y podría trepar hasta el quinto, si se aplican determinadas medidas.
Las proyecciones indican que el consumo interno de carne vacuna bajaría. «Para 2019 consumiremos 5 kilos menos por habitante, pero el consumo de carnes total aumentaría en 3 kg, hasta los 113 kg por habitante por año», observó el reporte.