La sustentabilidad, el cambio climático y las nuevas regulaciones internacionales respecto a la deforestación son temas que afectan de lleno a la ganadería y fueron ejes centrales del II Congreso Federal Ganadero organizado por Rosgan. Durante el encuentro quedaron planteadas las problemáticas que debe hacer frente el sector y también las oportunidades para desarrollar la producción pecuaria, que tras tres años de sequía vuelve a escena con buenas oportunidades comerciales y posibilidades para recomponer stocks.
El auditorio de la Bolsa de Comercio de Rosario reunió a cientos de ganaderos de todo el país y durante la apertura del segundo congreso organizado Rosgan, el mercado ganadero de invernada y cría de argentina, el presidente de la entidad anfitriona, Walter Tombolini, marcó las perspectivas futuras del sector y destacó: “La ganadería es un pilar de nuestra economía, de nuestra cultura y enfrentamos nuevos desafíos que demandan adaptación y evolución. En este congreso se debaten temas vinculados a la sostenibilidad ambiental, la mejora de la calidad de la carne, la gestión de recursos naturales y la tecnología. Estos temas debemos abordarlos con determinación, elaborando estrategias para garantizar que la ganadería siga siendo un motor de la economía pero a la vez respetuosa con el medioambiente. Nuestro compromiso es impulsar una ganadería moderna y competitiva, responsable y que responda a la expectativa de la sociedad y a los desafíos globales”.
El tinte de actualidad estuvo en manos de Raúl Milano, director Ejecutivo del Rosgan. Se refirió a la influencia de la sequía y los problemas macroeconómicos y políticos en Argentina en la ganadería. No obstante, señaló que a pesar de todo existe un gran optimismo debido a la demanda mundial de carne y la fortaleza del mercado interno.
“Hay dos cosas que marcaron todo este tiempo y una indudablemente es la sequía, tres años de Niña y el último año fue mortal para el sector. Si uno lo tiene que analizar, por preñez se va a perder un millón y medio de terneros, es una barbaridad. Casi el 10% de lo que viene todos los años porque la vaca no tenía condición corporal. Y hubo que hacer una faena más liviana, se perdieron kilos. Eso es como si fuera el el pasado, porque la sequía y todo eso nos marcó y después el segundo elemento una componente los problemas, macroeconómico y político en la Argentina. A pesar de todo siempre somos muy optimistas porque hay un mundo que sigue demandando carne, hay un mundo que tiene una capacidad de demanda y todo lo que podamos puede venderse”, reseñó al tiempo que recordó que los precios de China -el principal comprador de Argentina- no son los de un año atrás, pero se tiene la tranquilidad que se produce y se puede vender y “eso es realmente muy importante”.
El director ejecutivo posó la mirada sobre los temas de agenda internacional y se refirió al problema del calentamiento global, que fue eje de uno de los paneles el congreso, y resaltó que nuevos estudios dan tranquilidad al sector, teniendo en cuenta que en Argentina más del 90% del tiempo del animal está en pasturas con lo cual es una ventaja del país tremenda”.
También hizo referencia a las nuevas exigencias de la Unión Europea sobre producción en zonas deforestadas que van a empezar a regir en 2025 y expresó su malestar ante estos nuevos requerimientos. Consideró que se tratan de “barreras arancelarias” más que “una preocupación por la deforestación”. En ese sentido, el directivo destacó la importancia de haber tenido un panel experto para explicar las opiniones y regulaciones de la Unión Europea, y tomar conocimiento de lo que se está haciendo en la provincia de Santa Fe y otros lugares del país. “Muchas de estas regulaciones son paraarancelarias y hay que estar muy preparados. Tengan la certeza que nosotros somos los primeros preocupados para que no haya deforestación”, dijo.
Derribando mitos
El panel “Cambio climático y producción agropecuaria” cautivó a los 900 asistentes presenciales, y a los más de 1.200 que lo hicieron por streaming. El Dr. Walter Baethgen, investigador senior de la Universidad de Columbia de New York y vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (Inia) de Uruguay derribó varios mitos respecto de la culpabilidad de la ganadería en los gases de efecto invernadero.
El especialista centró su presentación en la sustentabilidad, cambio climático y oportunidades para la producción agropecuaria. En ese sentido, destacó el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero en los últimos 250 años, advirtiendo sobre la necesidad de adaptarse a la creciente variabilidad climática.
Baethgen abordó la percepción negativa hacia la producción agropecuaria pero advirtió que el 75% de las emisiones provienen del sector energético, mientras que la agropecuaria representa sólo el 25%. Destacó la importancia de considerar la diferencia entre el dióxido de carbono (CO2) y el metano en términos de impacto climático y resaltó el ciclo de producción ganadera que no agrega carbono nuevo.
El investigador abogó por la influencia del sector agropecuario en las agendas internacionales sobre cambio climático. “Hay que poner en el lugar la emisión del sector agropecuario. Por eso, es importante influir más en las agendas, en los acuerdos, tratados de cambio climático. Como el 90% de las personas viven en ciudad, hay mensajes que llegan con más facilidad, como los del tipo si dejamos de comer carne vamos a contribuir con el medio ambiente. El 75% de las emisiones no tienen nada que ver con esto, no podemos concentrarnos en la dieta solamente”, resaltó.
Propuso aprovechar las oportunidades de reducción de emisiones mediante energías renovables, la disminución de la deforestación y la mejora en la gestión de residuos. Además, enfatizó la importancia de la absorción, destacando la gestión de pasturas y el aumento de áreas forestadas como oportunidades para el sector agropecuario.
Además, Baethgen reconoció los desafíos en la medición del carbono y abogó por combinar muestreo de suelo, modelos de simulación y herramientas satelitales. Señaló que las tendencias de consumo y los mercados voluntarios de carbono pueden ser oportunidades e instó al sector agropecuario a presentarse como una solución y educar sobre la diversidad de sistemas de producción sostenible.
“Para aprovechar las oportunidades el agro tiene que presentarse como una solución. Hay que enseñarle a la gente que no es de campo que no es todo lo mismo, que no hay un único sistema de producción ganadera, que la producción ganadera puede ser sostenible y certificable. Los nuevos hábitos de consumo, sin dudas, representan una oportunidad”, detalló el especialista.
El nuevo ciclo
El Subsecretario de Ganadería de Argentina, José María Romero, también participó del congreso de Rosgan y consideró que existen grandes coincidencias sobre la necesidad de mejorar la base forrajera en la ganadería y abordó la importancia de la trazabilidad, enfatizando su relevancia para el mercado internacional y la necesidad de mejorar la eficiencia productiva.
“Entiendo que pensar en aumentar un 23,3% el stock nacional sin pensar en cómo vamos a mejorar el recurso forrajero es al menos altamente riesgoso atento a la volatilidad climática. Estuvimos hablando hasta hace poco tiempo de la sequía más grande de los últimos 80 o 100 años y ahora estamos hablando de cómo estamos ayudando a a sacar la ganadería de donde está inundada, en la isla. Esto es un cambio que vino para quedarse algo que debemos asumir y que debemos trabajar. Tiene que estar dentro de las cuentas del ganadero, del Estado nacional, de los Estados provinciales. Cuando esta situación ocurra, cómo vamos a estar preparados, cuando esta otra situación ocurra de forma inversa, cómo vamos a estar preparados, con qué herramienta”, resaltó.
Romero también habló de las “coincidencias” en que que se debe incorporar un sistema de trazabilidad. “El mundo no los está pidiendo, no porque sea malo porque ustedes piensen que uno de nuestros principales mercado es la Unión Europea y nuestro sistema de trazabilidad es absolutamente aceptado por la Unión Europea. Pero sería un salto de calidad tener otro tipo de trazabilidad que nos permita inclusive mediciones internas. Muchas veces vamos detrás de una exigencia y nosotros debemos aprender a pensarnos nosotros mismos, a decir cuál es el camino que queremos recorrer, cuáles son nuestros objetivos, con qué herramientas y no llevados por por las circunstancias. Por eso digo que la trazabilidad es un tema que en particular a mi me interesa, a la mesa de carne también le interesa, a las entidades gremiales de los sectores productivos primarios también y están de acuerdo”, indicó al tiempo que consideró que tal vez “no es un gran momento para pensar en gastos adicionales para con productores que están teniendo dificultades” pero apuntó que “es un camino que tenemos que recorrer”.
En rigor, subrayó: “Necesitamos mejorar la eficiencia productiva porque Argentina en sus últimos 100 años ha aumentado el 1% la producción de carne y necesitamos y nos merecemos un aumento de la eficacia y de la eficiencia, eso tiene que ver también con la rentabilidad de productor con la mejora en la rentabilidad de productor”.
Respecto a las nuevas regulaciones que llegarán desde Europa el subsecretario destacó la necesidad de cumplir con estándares ambientales para ser considerado país de bajo riesgo. “Estamos trabajando desde Ambiente y desde Producción y entiendo que vamos a lograr ser considerado como primer paso país de bajo riesgo, eso genera menores observaciones, ,menores visitas”, precisó.
Hizo una especial mención a la ley de bosques nativos y un programa de ganadería integrada en 30 millones de hectáreas. Además, marcó la importancia de conservar la biodiversidad y el bosque nativo, con la posibilidad de posicionarse internacionalmente al respecto. En es sentido, destacó la necesidad de un seguimiento estricto y la oportunidad de ofrecer ganadería sostenible ante la demanda diferenciada.
“Pensemos que existe una enorme oportunidad porque nosotros nos vamos a sentar en una mesa diciendo nosotros producimos ganadería de base pastoril, el 84% de la carne que se produce en Argentina es producida a pasto. Tenemos para poner arriba de la mesa y para aportarle al mundo de alguna manera y a Europa en este caso que nos está pidiendo unas 38 millones de hectáreas de bosque nativo aún conservada y queremos establecer el compromiso también como país de conservar estas 38 millones de hectáreas. Tiene que ser para nosotros también un valor adicional que nos permita posicionarnos de una manera diferente”, subrayó.
La apuesta a la genética
Por su parte, Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación de Productores de Angus, agregó que “hay que sumarse al esfuerzo de bajar emisión de gases” y dijo que esto se puede lograr con buen manejo del pastizal, con buen manejo de los sistemas de producción y con genética que sea más eficiente y que los animales se terminen en sistema productivos por consiguiente emitiendo menos.
“Estamos saliendo de una coyuntura muy compleja, tres años de Niña, y el último año fue increíble. No recuerdo en 40 años de profesión no haber podido sembrar nada de gruesa, no haber podido tener un verdeo, haber perdido toda la cadena forrajera, haber tenido que salir de ciclos completos. Hablo de lo personal a lo general, lo vi en todos lados y en todas las zonas productivas con algunas excepciones. Creo que este impacto va a ser muy fuerte en en lo económico para el productor ganadero porque ha perdido muchísimo dinero no solo con lo que perdió en producción sino por lo que invirtió y no recogió”, reseño y apuntó como balance el trabajo realizado pro Crea que indica que los tactos dieron una pérdida de 8 puntos promedio de preñez, que traspolado al rodeo nacional de 22 millones de cabezas significa una pérdida de entre un 1,5 y 1,8 millón de terneros que van a faltar para las zafra del 2024.
El giro de tendencia llegó con El Niño. “En nuestra actividad, el que queda en pie porque hay muchos que quedan en el camino con esta situaciones, se rearma y a seguir trabajando y a recuperar. Creo que es un momento muy bueno para recuperar stocks. El que pudo guardar un dólar y quiere invertir en algo estamos con un valor de vientres realmente en lo histórico bajo. Con 400 dólares hoy podemos comprar un vientre bueno cuando históricamente valen 600 o 700”, mencionó Bustillo.
El referente de los productores de Angus también mencionó que el 2023 está siendo muy positivo para la asociación, con crecimiento en remates y resaltó el fuerte trabajo en exportación de carne de Angus certificada y la promoción en el mercado interno. Mencionó el éxito en exposiciones y programas genéticos, como la prueba de consumo residual.
“Con respecto al programa genético terminamos nuestra octava prueba de consumo residual que es un trabajo muy importante que estamos haciendo para obtener esta variable para poder seleccionar aquellos animales que consumiendo menos producen lo mismo. Esto en otras especies ha sido muy exitoso, en pollo se llegó a dos kilos por kilo consumido, en cerdos a tres por uno y en bovinos estamos en una variabilidad de 6 a 9. Estamos trabajando muy fuerte y pronto vamos a tener nuestra población de referencia y los criadores van a poder seleccionar reproductores que tengan esta variable que les va a mejorar mucho el negocio por menor alimento y sobre todo por el impacto en el medio ambiente”, detalló Bustillo. (fuente AgroClave/Patricia Martino)