Fertilidad química y biológica: una alianza exitosa para potenciar a los cultivos

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En el marco de un mundo que demanda una producción de alimentos cada vez más amigable con el ambiente, hoy es clave es el crecimiento que están teniendo en el mercado, el uso de opciones / herramientas que permitan hacer más eficiente el uso de los recursos que los cultivos disponen, para incrementar la productividad en forma sostenible.El último Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) tuvo como foco el carbono, como “elemento de vida” y la reducción de su huella en la producción agrícola, un aspecto en el que precisamente la mayor eficiencia en el proceso de la nutrición a partir del diagnóstico, la mejora en la eficiencia en el uso de agua, mejorar las condiciones de productividad en granos tiene un gran aporte para realizar.En ese camino transitó la firma Amauta, que de la mano de Fabio Prats, Líder en la Dirección Técnica para LATAM de Fertinagro Biotech, empresa con la cual AMAUTA tiene un join venture para toda América, participó del encuentro de Aapresid con la presentación de la conferencia “Fertilidad química y biológica: evaluando herramientas para potenciar su interacción”.Durante la charla, Prats compartió los trabajos que viene desarrollando Amauta desde hace algo más de cinco años buscando potenciar la actividad biológica natural de suelo, de manera complementaria a una correcta nutrición química.Se trata de estudios que avanzaron inicialmente con la Universidad Nacional de Entre Ríos, y que actualmente continúan de la mano de las Universidades Nacionales de Rosario y de Río Cuarto, sumando en la región a Fundación Lucas do Rio Verde en Mato Grosso.

Una sinergia exitosa

“Lo que venimos viendo en termino de resultados, es que son positivos. Se encuentra una muy buena interacción, una sinergia positiva, independientemente del aporte de aminoácidos o ácidos húmicos y fúlvicos húmicos” Prats.Los equipos de investigadores con quienes estamos trabajando en el proyecto, según relató, miden variables que permiten explicar los incrementos en rendimiento, como la biomasa radical y aérea, la respiración basal y los rindes propiamente dichos.También mencionó Prats que en Brasil han desarrollado ensayos similares, manteniendo los protocolos que se vienen llevando adelante en Argentina, y los resultados son consistentes con los que se han visto a nivel local.“En soja y maíz, el uso de estrategias con aminoácidos, Ac húmicos y fúlvicos, su combinación al momento de la siembra, y como complemento a la nutrición química, mostro el incremento de los rendimientos potenciando la respuesta de la estrategia de fertilización química vs control..Asimismo, subrayó que los resultados no son positivos solo en cultivos extensivos, sino también en intensivos, como la vid, papa, tomate, maní. “Datos de trabajos realizados durante cuatro años muestran que, sobre sistemas con la posibilidad de fertirriego, la aplicación de aminoácidos en cada aplicación de nutrientes permite incrementar la producción de biomasa aérea con mayor recuperación de nutrientes como nitrógeno y fosforo alcanzando una mayor productividad, indicó Prats.

Mayor sustentabilidad

En este marco, vale mencionar que Amauta tiene entre sus objetivos principales ser parte de esta tendencia hacia una producción más sostenible, y en ese sentido puntualizó en los beneficios que sobre el sistema de producción se pueden lograr a través de una mayor y mejor actividad biológica en zona próxima a raíz.“Más allá de mejores rindes, si uno logra generar más biomasa, significa más materia orgánica, y junto con consorcios de microorganismos que trabajando para el cultivo ayudan al ciclo y ganancia de carbono. En definitiva, mejorar el sistema integrando las Fertilidades química, biológica y lo que puede ser el impacto en el largo plazo sobre la fertilidad física, buscando producciones más sostenibles, enfatizó.Para potenciar aún más esta trayectoria, Amauta, junto al equipo de I+D+i de Fertinagro Biotech, en su laboratorio de España, estamos trabajando sobre las determinaciones de perfil metagenómico de los suelos, de manera de conocer en detalle su estado microbiológico, biodiversidad, grupos funcionales y paralelamente evaluando diferentes estrategias para potenciar su actividad. Conocer más la composición microbiológica de lote, entender más las relaciones entre planta y microorganismos en rizosfera y saber cómo podemos potenciar su actividad   ayuda a contribuir al objetivo de una mayor producción en forma sostenible.