En los últimos años en el maíz mejoró la fertilización y reposición de nutrientes, pero en el cultivo todavía hay espacio para que esta práctica siga creciendo.
Esa es una de las conclusiones que, a nivel técnico, dejó la jornada de actualización en maíz organizada por Fertilizar Asociación Civil.
Considerando sólo la reposición de nutrientes por cultivos, en 2015 en maíz el porcentaje de reposición estaba en el 30%. En medio de las intervenciones del gobierno anterior en el mercado, fue en baja hasta ese nivel desde un 77% que tenía en 2011.
«Hemos degradado el suelo y por momentos no nos dimos cuenta que lo degradamos», apuntó Jorge Bassi, presidente de la entidad.
Tras la quita de las trabas para exportar que aplicó el actual gobierno, y que representaron un incentivo para la expansión de la siembra, que creció en más de dos millones de hectáreas, el 30% de 2015 fue un 46% en 2016 y un 55% en 2017. Falta cerrar el dato de 2018.
Sumando todas las hectáreas que ocupa el cereal, en general la fertilización supera el 80%, pero las dosis de fertilización son deficientes en cantidad de nutrientes y en la variedad de nutrientes.
En maíz temprano, entre 2015 y el año pasado se pasó del 80 al 100% del área fertilizada. En el caso del maíz tardío se subió de menos del 70 a casi el 100% en igual período, mientras que en maíz para silo el comportamiento fue más errático y apenas está por encima del 80 por ciento.
Cuando se ve lo ocurrido con las dosis, en maíz temprano se incrementó de 200 a casi 350 kilos de fertilizante por hectárea. En maíz tardío el salto fue de 100 a casi 250 kilos de fertilizantes. Mientras tanto, en el maíz para silo aumentó de 50 a 100 kilos por hectárea y no ha mostrado un mayor crecimiento que eso.
Una conclusión de esto es que tanto en maíz temprano como tardío es que hubo un fuerte salto en el primer año, entre 2015 y 2016, es decir en el primer año del fin de las trabas al cultivo, y luego se estabilizó el crecimiento.
«Las dosis mejoraron mucho en el primer año y luego se corrigieron», señaló el presidente de Fertilizar Asociación Civil.
Si bien parece importante la expansión de la fertilización, algunos otros datos muestran que queda mucho por hacer. En esta línea, de acuerdo a análisis de plantas en producción, sigue bajo el nivel de nutrientes. Al respecto, en un estudio sobre este punto se encontró en maíz un 44% de nitrógeno, 61% de fósforo, 56% azufre, 28% de potasio y 39% de zinc.
En la reunión de Fertilizar se hizo hincapié en la necesidad de incorporar el azufre y el zinc a los planteos. Se destacó que en la región pampeana un 66% de los suelos hoy presenta respuestas al zinc.
«Es una limitante importante para el maíz», indicó Bassi, que pidió analizar el nutriente en los campos.
En tanto, en un trabajo se pudo apreciar cómo mejora el rinde en la medida que se avanza en una nutrición balanceada para una alta producción. En rigor, de un 70% del rinde en un testigo sin fertilizar es posible pasar a capturar el 80% con la fertilización media actual del productor (38 a 60 kilos de nitrógeno por hectárea y 7 a 14 kilos de fósforo) y luego se puede lograr casi el 90% con una fertilización recomendada (65 a 70 kilos de nitrógeno, 12 a 18 kilos de fósforo y 8 a 18 kilos de azufre).
En tanto, es factible conseguir el 100% del rinde con una fertilización balanceada de alta producción, esto es 150 a 170 kilos de nitrógeno, 27 a 34 kilos de fósforo, 15 a 25 kilos de azufre y 1,5 kilos de zinc.
En otro ensayo, en Bolívar, se vio cómo se puede subir de 5400 kilos de un testigo sin fertilizar a más de 10.000 kilos por hectárea con una inversión de 180 dólares por hectárea.
Para Bassi, pese a que bajaron los precios del maíz, con los actuales valores para la cosecha «el repago del fertilizante sigue siendo muy bueno».
Si bien hubo una leve desmejora en la relación insumo-producto, esa relación es mejor respecto del período 2013/2017.
En el fertilizante fosfato monoamónico, el año pasado hacían falta 4,58 kilos de maíz para comprar uno del fertilizante. Ahora se requieren 4,66 kilos. No obstante, el promedio 2013/2017 da 5,16 kilos.
Para la urea, el año pasado se requerían 3,57 kilos del cereal para uno de este fertilizante. Ahora hacen falta 3,82 kilos. No obstante, en el período 2013/2017 hicieron falta 3,87 kilos.