En cinco meses, el valor del cuero cayó 35%. A eso se sumauna reducción en el consumo interno de carne, uno de los más bajos en 60 años, y en las exportaciones.
La industria frigorífica hace tiempo que no genera buenas noticias. Desde 2006, cuando el Gobierno nacional decidió en marzo de ese año suspender por primera vez las exportaciones del sector e intervenir en el mercado, los frigoríficos tienen más tristezas que alegrías para contar.
Con casi 10 años de peripecias sobre sus espaldas, en sector enfrenta una nueva crisis. Esta vez de rentabilidad. La abrupta caída que refleja el valor de los subproductos de la faena –en especial el cuero– colocan a la industria con ingresos similares a los de hace un año. Un indicador agravado por los costos que se actualizan al ritmo de la inflación.
Desde octubre pasado, la cotización del cuero acumula una caída de más de 35 por ciento, lo que impacta fuertemente en los ingresos de los establecimientos de faena. En octubre del año pasado, el kilo de cuero fresco de un novillo era de 17,00 pesos, valor que cayó a 10,50 peso al finalizar la última semana.
El sebo, otro subproducto de la faena cuya venta también genera un ingreso para el frigorífico, acumula desde octubre una caída de 30 por ciento. El valor del kilo cayó de 6,30 pesos a 4,50 en la última semana.
La situación provocada por la caída en los ingresos por valores de los subproductos se ha visto potenciada por la caída que refleja el consumo de carne en el mercado interno –uno de los tres más bajos en 60 años– y por la importante pérdida de competitividad que reflejan las exportaciones, generadas por el peso de las retenciones a los envíos de carne al exterior y el atraso del tipo de cambio respecto a otras monedas.
La devaluación del rublo ha afectado los envíos a Rusia, uno de los principales clientes para los cortes argentinos, a lo que se suma los problemas en destinos como Hong Kong y Angola que no permiten el ingreso de menudencias, lo que ha generado importantes stocks y cotizaciones en baja. El desplome de los precios internacionales se puede medir en alrededor de 45 por ciento en Rusia; 25 en Brasil, 20 en Angola y 15 en Hong Kong, según admiten voceros de la industria.
COSTOS CRECIENTES
Estos menores ingresos que percibe el frigorífico se traducen además en la imposibilidad de mejorar el poder de compra de su materia prima esencial: la hacienda.
Para colmo, las inundaciones de los últimos días en varias regiones invernadoras del país, el cese comercial dispuesto por las entidades rurales y el prolifero calendario de feriados a lo largo del año, complican la oferta de hacienda. Ante estas restricciones no se descarta para el próximo mes un aumento en el precio de la hacienda.
La menor actividad, tanto en el frente interno como en el externo, se traduce en menores volúmenes de producción en las salas de faena, lo que incrementa el impacto sobre los costos de producción.
“Es un verdadero cóctel que puede ser mortal para algunas empresas que están con problemas económicos o financieros”, advierten con preocupación desde la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne de Córdoba (Afic).
De los casi 15 mil empleados que la industria frigorífica perdió en los últimos años, alrededor de 1.500 fueron en Córdoba. La lista de plantas cerradas en la provincia la integran: en 2010, Frigorífico Tinnacher (Mi Granja) y Col Car (Colonia Caroya); 2011, San Javier (Villa Dolores); 2014, Carnes Huinca (Huinca Renancó) y Estancias del Sur (Unquillo).
Por Alejandro Rollán | La Voz del Interior