Giorgi desarrolló una rastra agroecológica para el control de malezas

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La firma santafesina de implementos agrícolas Giorgi, mostró los resultados de sus rastras agroecológicas. La experiencia se realizó en los campos del establecimiento Natural Crops que se extienden en un predio de 9 mil hectáreas sobre la región de Río Primero en Córdoba.

El equipo técnico estuvo integrado por los ingenieros Fernando Serrano, Carlos Jensen y Carlos Trucco. Al mismo tiempo fue supervisado por el área de mecánica y desarrollo de la empresa santafesina que introdujo las rastras multipropósitos con tecnología australiana.

La evaluación se extendió durante las últimas 2 campañas de granos gruesos sobre un lote de 3000 mil hectáreas, donde la aplicación de glifosato previo al ciclo 2018/19 rondaba los 11 mil litros sobre la totalidad de la superficie tratada y en 24d se utilizaban dosis cercanas a los 2.700 litros.

El resultado fue contundente, bajamos a 3000 litros la utilización de glifosato y en algunas parcelas ya no lo aplicamos. Al mismo tiempo, en 2,4D estamos bajando a un promedio de 700 litros por campaña”, reconoció Carlos Jensen, presidente de Natural Crops.

Según este empresario, hay una visión diferente sobre la sustentabilidad agrícola para los próximos años y se está iniciando un proceso donde es imprescindible un ajuste con mecanismos complementarios sobre los sistemas actuales de manejo.

Desde hace tiempo, muchos productores afirman que uno de ellos podría ser la incorporación de estas rastras agroecológicas y multipropósitos que solo penetran un rango de 2 a 3 centímetros la superficie del suelo.

“No significa que abandonamos el sistema de labranza cero o siembra directa, sino que incorporamos un implemento que viene a corregir de forma mecánica y permanente los controles insuficientes de malezas que se han tornado difíciles y resistentes desde hace muchos años”, enfatizó Jensen, quien agregó que la decisión parte de una recorrida por diversas regiones del mundo, donde está claro que el manejo de la producción está cambiando.

En principio por los altos costos que implica la incorporación cada vez mayor de cócteles de agroquímicos y en segundo lugar por una amplia seria de beneficios que van siendo analizados.

“Estas rastras, arrancan de forma mecánica las malezas de raíz, las desarraigan e impide su rebrote. En principio es un método alternativo, pero nos ha demostrado un ahorro monetario significativo”, consideró el Ing. Fernando Serrano, referente del área de control de cultivos del establecimiento que realizó los ensayos y trazo las primeras estadísticas.

Por su parte, el ingeniero Carlos Trucco que tiene a cargo la asesoría técnica del proyecto, explicó que al descalzar todas las malezas, estas se deshidratan en el término de 2 a 3 horas cuando la condición de sol es permanente. “Observamos un resultado eficaz y eso se da a las pocas hora que paso el implemento, a diferencia de un agroquímico que demora entre una semana o 10 días para comprobar si hubo un control efectivo”.

Sin embargo eso no es todo. En el documento redactado por Natural Crops se indican otras ventajas a manera de estudio de impacto económico y ambiental.

En principio, remarca que el uso de la rastra generó una mejor dispersión del rastrojo, ya que a diferencia de la distribución en franjas que generan algunas cosechadoras al realizar una cosecha anterior, este implemento lo hace de forma homogénea permitiendo que al momento de la siembra el nacimiento de plantas sea de la misma manera.

“Hemos analizado la voladura de rastrojos, porque pesábamos que era posible perder cobertura, pero en los planteos con maíz sucedió todo lo contrario. La chala quedó atrapada y mezclada con la tierra sin posibilidades de volarse”, enfatizó Fernando Serrano.

Por su parte, Trucco reconoció que en el caso de los rastrojos de soja, al ser de menor cobertura y entreverarlos con el suelo, se mejora la germinación del maíz de manera más rápida y con unos días de diferencia porque se calienta más el suelo acelerando los procesos de germinación.

Cabe destacar, que los técnicos han abordado otros aspectos como la preservación y durabilidad de los neumáticos donde comprobaron que la rastra ayuda a mejorar los lotes, con acciones niveladoras, de tapado de huellas y la presencia de palitos que suelen perjudicar los rodamientos.

Por ahora, el documento no muestra datos sobre modificaciones o alteraciones en la estructura del suelo, Es más, dice que al tratarse de una labranza superficial y mínima (2 a 3 centímetros), no invierte la tierra sino que entrevera el rastrojo y lo deja siempre sobre el lote, sin generar diferencias en comparación a otras prácticas.

“Uno podría pensar que al pasar la rastra en poco tiempo se seca todo el perfil, pero en realidad hemos visto que por más que se remueva la capa superficial, debajo se sigue conservando toda la humedad, ya que al cortar la capilaridad, la tierra con aire que emerge hace que se conserve la condición húmeda del suelo”, expresó Trucco.

Un último dato, está centrado en el control de insectos en la totalidad de los cultivos. Los ingenieros comprobaron que al pasar la rastra, el combate de los mismos se da de manera natural. (fuente AgroClave, diario La Capital)