(Conexión Rural) En tiempos de pandemia muchas actividades económicas fueron afectadas seriamente, pero el campo argentino fue uno de los sectores exceptuados de las medidas de aislamiento y pudo seguir produciendo con normalidad.
En la zona de Venado Tuerto uno de los emprendimientos que siguió trabajando a buen ritmo fue la cabaña ovina Unelén de la familia Manfroi que mantuvo sus niveles de producción y logró comercializar su genética de primer nivel a productores de distintos puntos del país.
“Dentro de todo lo malo que es esto el tema relacionado con el campo pudo seguir adelante y el tema de los animales requiere mucha atención, porque no saben de domingos, feriados y mucho menos de pandemias”, razonó Ariel Manfroi, uno de los principales impulsores del emprendimiento familiar junto a su hijo Matías.
En la misma línea el productor reconoció que “en la faz comercial no nos podemos quejar en estos meses. Como la gente estuvo más tiempo encerrada y entró más en las redes sociales pudimos comercializar mucho por esa vía. Por ejemplo, en lo que es genética de hembras lo que pusimos a la venta se comercializó absolutamente todo, incluso a lugares insólitos para nosotros como Santiago del Estero o La Rioja”.
Destacó, por otra parte, que no tuvieron inconvenientes en el tema traslados y transporte de animales lo que facilitó la comercialización.
Más adelante, Manfroi describió que tradicionalmente “nuestras ventas comenzaban después de la Exposición Rural de Palermo y este año ya desde marzo comenzamos a vender y creemos que es porque la gente tuvo más tiempo y pudo llegar a nosotros a través de internet y las redes. Esto también implicó que nosotros nos adaptáramos a los tiempos que corren”. (entrevista realizada en “Y del Trabajo del Hombre”, Radio Ciudad Venado Tuerto)