La calcinosis enzoótica o enteque seco de los bovinos, que se define como una hipervitaminosis D, se origina por una intoxicación vegetal crónica que afecta a animales en pastoreo, especialmente a vacas de cría, en diversas regiones del mundo. La deposición de sales de calcio en los tejidos blandos (corazón y grandes vasos), se acompaña de un severo deterioro físico con depreciación de las reses.
Según explica la cátedra de Nutrición y Alimentación Animal de la FAUBA, esta enfermedad, frecuente en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se produce por la ingestión repetida de hojas de plantas calcinogénicas. El principal vegetal con esas características, reconocido por el momento en América del Sur, es el vulgarmente llamado “duraznillo blanco” (Solanum glaucophyllum), también conocido en ciertas áreas como “i-byra-né”, “yuyo hediondo del agua” o “palo hediondo”.
Hasta el momento se encontraron seis plantas que inducen calcinosis sistémica por intoxicación crónica: Solanum glaucophyllum, Cestrum diurnum, Solanum torvum, Trisetum flavescens, Nierembergia veitchii y Stenotaphrum secundatum.
DURAZNILLO BLANCO
El Solanum glaucophyllum es una planta rizomatosa, con tallos simples cilíndricos, poco ramificados, de 1 a 2 metros de altura o más. Las hojas son simples, ovales, lanceoladas, verdes grisáceas y de 10 a 20 cm de largo y flores azul-violáceas. El fruto es una baya globosa de 1 a 2 cm de diámetro, color azul-negruzco, que contiene varias semillas.
Habita en lugares anegadizos, donde forma colonias conocidas como “duraznillares”; se encuentra ampliamente distribuido en el centro y este de la provincia de Buenos Aires (característica de la Cuenca del Salado) estando también presente en las provincias del litoral: Paraguay, Uruguay y sur de Brasil.
La planta se propaga vegetativamente por raíces gemíferas de alta capacidad de regeneración en
suelos no saturados de agua, esto es, en los bordes de las lagunas expandiendo de esta manera el área del
duraznillar.
La peligrosidad del duraznillar varía por:
- La concentración de la Solanum glaucophyllum.
- El tipo de pastos que lo acompañan; por ejemplo, las hojas de duraznillo caídas sobre pasturas naturales de trébol blanco son fácilmente ingeridas y por lo tanto este tipo de comunidad vegetal es sumamente “entecadora”.
Cabe destacar que la planta es muy poco apetitosa y los animales usualmente no la ingieren. No obstante, en veranos secos, las zonas bajas retienen suficiente humedad y permiten el crecimiento de estas plantas, mientras que en terrenos altos, la vegetación resulta de pobre valor. Por este motivo, el ganado se alimenta casi exclusivamente de los bajos e ingiere voluntaria o involuntariamente hojas de “duraznillo blanco” mezcladas con la pastura.
SINTOMATOLOGÍA
La enfermedad, de curso crónico, aparece por lo general en animales de más de 2 años de edad, en los meses de verano y otoño. Los vacunos clínicamente afectados muestran:
- Comienza con dificultades en la locomoción (miembros anteriores).
- Anorexia.
- Pérdida de peso.
- Hirsutismo (desarrollo excesivo de bello).
- Envaramiento.
- Xifosis (curvatura de la columna).
Si el procesos avanza se observa emaciación (adelgazamiento patológico), vientre sumido con acentuación del envaramiento y de la xifosis.
¿Cuál es la postura característica que muestran los animales afectados? Flexionan el carpo y apoyan los miembros en el extremo de las pezuñas, descargando alternativamente uno y otro de los miembros anteriores. Se mueven a desgano, con pasos cortos y rígidos. Presentan disnea (dificultad respiratorio) y taquicardia que aumenta al mover los animales, pudiendo caer al suelo con síntomas de insuficiencia cardiaca y pulmonar. Los animales “entecados” se levantan con dificultad y permanecen apoyados sobre las articulaciones carpianas por varios segundos.
POSIBLES CONTROLES
- Los potreros “entecadores” pierden esa condición al implantárseles pasturas perennes, ya que el duraznillo es muy sensible a la competencia.
- Método paliativo: llevar los animales a potreros “no entecadores” y con buenas pasturas; los animales recuperan peso y, si bien es cierto que las lesiones no se curan, la progresión de las calcificaciones queda detenida.
- Empleo de herbicidas: puede destruir el duraznillo pero también destruirán la pastura acompañante, sin tener en cuenta que la gran capacidad de rebrote del extenso y profundo sistema radicular del Solanum glaucophyllum aseguran la reaparición en la siguiente temporada.
Fuente Infocampo