El entorno de un cerdo puede ser un factor decisivo en la productividad a largo plazo. Diversos factores influyen en este rendimiento como el peso adecuado, la edad óptima para el sistema, ambiente con la temperatura, ventilación y humedad necesarias para la edad y peso del cerdo, una dieta adecuada para la edad del animal y procedimientos de alimentación. El tema del medio ambiente se suele pasar por alto, pero juega un papel muy importante en el ciclo de producción porcina.
Cuando nos referimos al ambiente es todo lo que interactúa con el cerdo en la granja, desde el ambiente climatológico –ventilación y climatización- hasta la disponibilidad de agua y espacio de alimentación. En una granja hay diferentes categorías de animales y por ende diferentes formas de intercambiar temperaturas y necesidades fisiológicas. El primer paso es adaptar nuestro entorno climatológico en el que está produciendo el cerdo a sus necesidades fisiológicas.
El aire que respiran los cerdos también puede afectar su rendimiento a largo plazo. Por ejemplo, si estamos por debajo de la temperatura crítica inferior, el cerdo va tener frío, entonces, va utilizar energía que consume del alimento o sus reservas corporales para mantener su temperatura interna estable. Pero, si se eleva la temperatura, el animal va tener que eliminar temperatura de su cuerpo o eliminar calor hacía su estómago, por lo tanto, va reducir el consumo de alimentos y por ende disminuye su rendimiento y son menos kilos producidos.
La ventilación es fundamental para los seres vivos, ya que les aporta el oxígeno necesario para la respiración, les permite controlar el calor y proporciona condiciones de bienestar, en producción de cerdos un bienestar productivo. La función de la ventilación es garantizar la calidad mínima de aire para asegurar las condiciones óptimas de producción.
Tenemos diferentes herramientas para optimizar la climatización y ventilación:
- Ventilación natural. Se hace a partir de diferentes presiones y temperaturas de aire, subiendo y bajando cortinas.
- Sistemas de ventilación forzada. Tenemos que producir el uso de energía para lograr estos flujos de aire, que se deben mover mediante sistemas de presión negativa, positiva o neutra. Para dar confort térmico a este aire lo tenemos que acatar, por lo general, bajo sistemas de presión indirecta, que es cuando atraviesa el aire bajo un panel evaporativo.
- Sistemas de vaporación directa. Se basan en el mojado y secado del cerdo. Para conocer un poco más de estos sistemas, tenemos que conocer cuáles son los mecanismos de intercambio de calor que tiene el cerdo con el entorno.
- Evaluar el entorno del cerdo pasa por tres factores fundamentales: humedad relativa, dióxido de carbono y amoníaco.
Por ejemplo, cuando tenemos humedades bajas en el aire puede ocurrir inflación en las mucosas, por lo que los animales pueden ser propensos a desarrollar enfermedades respiratorias. Si hay dióxido de carbono alto en el aire el cerdo se va aletargar, tiende a tener menos movimiento y no consume los alimentos. La producción de amoníaco dentro de los edificios dependerá de la edad de los animales, la composición de las dietas y la higiene (fosas).
Por lo general, la humedad y dióxido de carbono lo podemos trabajar con tablas que contienen valores orientativos. El amoniaco es recomendable realizar mediciones periódicas de las concentraciones en el ambiente. El resultado de este análisis permitirá tomar medidas de corrección (higiene de las fosas principalmente) y configurar de forma correcta el uso de los ventiladores.
El tema del ambiente es permanente en una granja durante todo el año. Es importante realizar las mediciones con las herramientas y metodologías adecuadas, esto ayuda al productor a saber dónde está parado y trabajar sobre las mejoras, obtener resultados productivos y eficiencia en el uso de la energía. Cuando nosotros medimos y mejoramos esas condiciones vamos a obtener mejores resultados para la producción.