Fertilizar Asociación Civil presentó resultados de una serie de ensayos realizados que muestran la importante respuesta que genera sobre el planteo una apuesta a un mayor rendimiento.
«El retorno es muy interesante», destaca Jorge Bassi, presidente de Fertilizar. En una serie de ensayos se demostró el desempeño del cereal en casos en los que se va «a fondo con todos los nutrientes». «Estamos a mitad de camino de lo que podríamos lograr. Nos queda mucho para recorrer».
Además, agrega que «ante una situación de incertidumbre de precipitaciones, los nutrientes ayudan a enfrentar este escenario».
Los ensayos muestran que las estrategias de fertilización limitan los rendimientos de maíz hasta un 20 % contra los planteos de máximos alcanzables. Esto abarca una fertilización balanceada y definida para los 4 nutrientes principales: Nitrógeno – Fósforo – Azufre y Zinc. «Tengo que medir y asegurarme que estén disponibles para el cultivo«.
Este estudio de Fertilizar muestra que ir a altos rendimientos generaría un ingreso adicional de US$ 200 por hectárea con una inversión de U$S 130.
Al mismo tiempo, Bassi aclara: «Es una inversión enorme la que estamos planteando. No lo puede hacer el productor si no lo hace paulatinamente». En este sentido, agrega: «No debe perderse la mejora continua para hacer maíz».
Lo que destaca el relevamiento es que un maíz bien nutrido tiene un potencial alto. Además, no se debe perder de vista una fertilización balanceada:
- Fósforo: los mayores rendimientos se vieron con estrategias de reposición de P. (50-130 kg/ha). «Cumple roles insustituibles».
- Azufre: destacan la incorporación al manejo de la nutrición de 10 a 15 kg/ha de S, que en promedio mejoran el rinde en 715 kg/ha. En ambientes de baja MO y niveles de sulfatos 0-20 menores a 10 ppm.
- Zinc: alta frecuencia de respuestas con mejoras en rendimientos de 600 kg/ha de promedio. 1 ppm como referencia para la incorporación en la estrategia de fertilización.
En tanto, destacan que la llave del rendimiento es manejar bien el nitrógeno: «El N es la base del rendimiento de las gramíneas, en maíz el requerimiento es de 20-22 kg de N por tonelada de grano».
Al mismo tiempo, agregan: «Estamos invitando a fertilizar de manera más marcada, pero en dosis altas tenemos que hablar de particiones. Hay que manejar con responsabilidad de fertilizaciones». En este sentido, recuerdan que existe un manual de Buenas Prácticas en fertilización.
Maíz superó a la soja
Bassi también destacó que en los últimos años el paisaje cambió. De un mar de soja en verano, el maíz pasó a tener una importante participación y la cosecha superó a la oleaginosa por primera vez desde el ciclo 1996 (tomando datos del Ministerio de Agricultura).
En el medio el marco regulatorio cambió, con menos impuestos para el cereal, y se sumó que el maíz mejoró el horizonte de rendimientos y ganó estabilidad. Algo que se logró con tecnología, tanto de insumos como de manejo. «Se bajaron los costos por unidad de tonelada producida».
Bassi destaca que el maíz «es un negocio de volumen», y por este punto es muy importante el costo por tonelada: «La tecnología logró dar estabilidad y adaptabilidad a distintos ambientes. La biotecnología transformó al cultivo de maíz, mejorando la amplitud de fecha de siembra y ampliando la ventana de definición de rendimiento».
Los semilleros también comenzaron a ampliar la información disponible, con recomendaciones de manejo como densidad, fertilización y fecha de siembra: «Esa cantidad de información le dio mucha más adaptabilidad. Se logran maíces exitosos con condiciones en donde antes no se hacía». (fuente Agrofy News)