Una serie de informes publicados por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla) en los últimos días, en base a datos oficiales, muestran una coyuntura con indicadores favorables para la producción lechera.
El primero no es una novedad: en julio volvió a crecer el ordeñe, como ya sucedió a lo largo de todo 2020 y continuó en lo que va de 2021.
El mes pasado los tambos volcaron una oferta de 999,3 millones de litros, lo que implica un aumento del 8,5 por ciento respecto al mes anterior (cinco por ciento si se tiene en cuenta el promedio diario), del 3,5 por ciento en relación a julio de 2020 y un acumulado en siete meses del cuatro por ciento.
Estos valores mejoran las proyecciones anuales: 20 industrias que reciben y procesan entre el 50 y 60 por ciento de la leche argentina estimaban a principios de 2021 que entre enero y julio el incremento de la producción iba a rondar el 2,5 por ciento.
A partir de ese dato, el Ocla pronosticaba un alza productiva del 1,5 por ciento para todo el año, que ahora actualizó al 2,5 por ciento, lo que significa 11.390 millones de litros, la cifra más alta desde 2015.
ECUACIÓN ECONÓMICA
Pero un alto nivel de producción no significa necesariamente un buen negocio: todo depende del precio que paguen las industrias por la leche cruda entregada en la puerta de la tranquera.
La buena noticia es que, en ese sentido, también hay viento a favor para los productores tamberos.
En julio, en promedio, cada tambo argentino recibió un pago de 32,41 pesos o 33,7 centavos de dólar por litro de leche. Esta cifra supera el costo de producción, estimado en 30,13 pesos o 31,3 centavos de dólar, aunque no alcanza el precio de equilibrio para alcanzar una rentabilidad exigida al capital de al menos el cinco por ciento. Para eso, el valor debería haberse ubicado en 35,09 pesos o 36,5 centavos de dólar.
De todos modos, es una rentabilidad del 2,9 por ciento que se configura como la más alta desde abril de 2020, de acuerdo con la serie histórica del Ocla.
Asimismo, en lo que va del año la actualización del precio por litro de leche le gana tanto al dólar, como a la inflación y al costo de producción promedio medido por el Inta.
En este marco, la estimación del Observatorio sobre la facturación del tambo promedio también exhibe un buen panorama.