En este último Infobicho previo a la implantación del cultivo se ofrecen detalles sobre cómo encarar la campaña, las distintas plagas que pueden atacar al cereal y las formas de detectarlas y combatirlas.
Los monitoreos se deben realizar removiendo los rastrojos y observando los orificios en el suelo que pueden ser de esta campaña o anteriores. En el mismo lugar se recomienda efectuar muestreos con pala de punta en áreas de suelo de 0,25 metros cuadrados hasta 25 o 30 cm. de profundidad.
El umbral de daño en trigo es de 5 o 6 larvas de gusano blanco por metro cuadrado.
De acuerdo a Maximiliano Spinollo que elabora el Infobicho, en lotes con alta presencia de la plaga habría que descartar al trigo como opción de cultivo.
En un artículo publicado por Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) se enumeran las siguientes recomendaciones:
Nivel de Daño Económico
Considerando costos medios de control y la incidencia de la plaga, se considera que 5 a 6 larvas/m2 de bicho torito para trigo se traduce en una merma del 10% del rendimiento. En el caso del maíz, debido a la menor densidad de plantas del cultivo y por ello a un mayor potencial de daño, el Nivel de Daño Económico (NDE) es menor existiendo diferencias en las bibliografías consultadas que van desde 0,5 larvas/m2 hasta 17 larvas/m2, debido a las pocas evaluaciones realizadas a campo y a los numerosos factores que inciden en la determinación del mismo, que aún no se han contemplado en profundidad.
Control cultural
Cuando no se utilizaba SD (Siembra Directa), la preparación de la cama de siembra era el principal método de control de estos gusanos.
Otra estrategia de control podría considerarse el atraso en las fechas de siembra tanto del trigo como el maíz: en el trigo en siembras tempranas las plantas están expuestas a un mayor daño al coincidir con temperaturas todavía elevadas y por ello una mayor actividad de las larvas; en el maíz en siembras tardías se estaría esquivando la tercera etapa de larvas de la especie.
Control natural y biológico
En épocas de sequía, las larvas aumentan la profundidad en la que se encuentran, lo que disminuye el daño ocasionado al cultivo, algo similar ocurre cuando las temperaturas se mantienen frías por largos períodos.
En cuanto a los enemigos naturales, los microorganismos causantes de enfermedades (hongos, bacterias, etc.) son uno de los mecanismos más importantes de control biológico natural de estas especies, pero la aparición de los mismos está determinada por condiciones de buena humedad y temperaturas cálidas.
También podemos encontrar el parasitismo en larvas, especialmente causado por himenópteros (avispas), el cual debe ser preservado mediante el uso racional de los insecticidas utilizados.
Control químico
La estrategia con mayor eficiencia de control, alrededor de un 70%, es el uso de insecticidas en el tratamiento de semillas (productos tales como tiodicarb, tiametoxán, teflutrina e imidacloprid, demostraron ser eficientes para este tipo de aplicación). Si bien este método se lo considera preventivo, el mismo debe usarse sólo si se constata que el lote hay presencia de larvas por encima de NDE. Debido al porcentaje de eficiencia de control, en lotes con más de 20 larvas/m2, este método dejaría un número de larvas vivas que aun superarían el NDE, por lo que habría que combinarla con otra estrategia de control, realizando una gestión integrada del control de esta plaga.
También podrían aplicarse insecticidas al surco de siembra, lo que permite una mayor dosis por superficie y por ello un mayor período de protección, pero también necesitan de equipos especiales para su aplicación.
Por último, la pulverización de insecticidas en cobertura total sobre la superficie del suelo muestra resultados erráticos que nunca superaron el 50% de eficiencia en el control. (fuente Tranquera Abierta)