El estiércol es el mayor flujo de biomasa residual rico en nutrientes generado por el sector pecuario, con gran potencial para convertirse en fertilizantes de base biológica y bio-estimulantes vegetales. La reutilización eficiente de los nutrientes de estos residuos, es una oportunidad en un contexto global de demanda de mayor sostenibilidad productiva.
Con esta premisa como faro, el proyecto FERTIMANURE apunta a la recuperación innovadora de nutrientes de fuentes secundarias para la producción de fertilizantes de alto valor agregado a partir de estiércol animal. Para cumplir con su objetivo, cuenta con la participación de especialistas de 20 instituciones público-privadas de nueve países España, Bélgica, Alemania, Países Bajos, Italia, Croacia, Francia, Chile y Argentina.
En este marco, una delegación internacional del proyecto recorre, del 8 al 13 de marzo, producciones animales en la Argentina y realiza una serie de actividades, entre las que se destaca una visita al INTA Castelar.
“Argentina genera un promedio de 1.708.616 toneladas de estiércol por día en las producciones de carne bovina, avícola, porcina, tambera y de huevos”, detalló María Eugenia Beily, investigadora del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA Castelar y parte del equipo de FERTIMANURE.
“A partir de los datos del último censo agropecuario, generamos un informe con estimaciones de generación de estiércoles en las diversas producciones animales de la Argentina y analizamos su composición nutricional de nitrógeno, fósforo y potasio”, explicó.
Del estudio del INTA surge que todas las producciones animales generan estiércoles muy ricos en nutrientes, los cuales deberían ser reutilizados y recuperados como fertilizantes en la agricultura.
De todos modos, reconoció: “Los estiércoles obtenidos de las producciones de carne porcina y avícola presentan los contenidos de nutrientes más elevados”. Este dato cobra mayor valor al confirmarse que pueden ser recuperados gran parte de su totalidad para obtener fertilizantes de base biológica para la agricultura.
Es que, según se desprende de la investigación, la totalidad de los animales destinados a la producción de carne aviar y huevos están en confinamiento total, mientras que el 40 por ciento de los porcinos están en estas condiciones.
En referencia al aporte nutricional diferencial entre unas producciones y otras, explicó que “los estiércoles producidos en la carne porcina y avícola tienen cifras más elevadas en nitrógeno, fósforo y potasio porque los sistemas digestivos de estos animales no son tan eficientes en la absorción de estos nutrientes”.
En esta línea, Beily ponderó la implementación de tecnologías que permiten la recuperación de nutrientes a partir de los estiércoles y subrayó sus beneficios. “Por un lado se reduce el impacto ambiental que generan estos residuos orgánicos cuando no tienen tratamiento y, por otro, se reutilizan estos recursos renovables valiosos, aportando al concepto de economía circular”.
Producciones pecuarias nacionales, al detalle
Del estudio realizado por el INTA para el proyecto FERTIMANURE surge que, en la Argentina, hay 131 mil establecimientos de producción bovina con 53,9 millones de animales, de los cuales entre el 20 y el 28 por ciento están confinados y concentrados principalmente en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
“Esta producción tiene un promedio de generación de estiércol de 1.617.000 toneladas por día”, especificó Beily. Y explicó que la composición nutricional promedio estimada por el INTA es de 13.500 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, 4,18 miligramos de fósforo y 7,98 de potasio.
A su vez, la producción tambera cuenta con 7.069 establecimientos con 1,08 millones de animales, de los cuales el 15 por ciento están confinados. Estos animales están distribuidos en mayor proporción en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.
“Estos animales generan aproximadamente 12.096 metros cúbicos de efluentes por día con una composición de nitrógeno, fósforo y potasio muy rica”, explicó Beily quien detalló que presentan en promedio 1.200 miligramos de nitrógeno por kilo de efluente, 55 miligramos de fósforo y 368 de potasio.
Por su parte, la producción de carne porcina cuenta con 39.398 establecimientos con 3,6 millones de animales, de los cuales el 40 por ciento están confinados y concentrados, en su mayoría, en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa.
“La generación promedio se calculó en 43.200 toneladas por día con una composición nutricional de 2.400 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, 423 miligramos de fósforo y 1.451 de potasio”, indicó la especialista del INTA.
Además, la producción de carne avícola o pollos parrilleros cuenta con 1.511 establecimientos con 490 millones de animales, todos ellos confinados y concentrados en Entre Ríos y Buenos Aires. “Esta producción genera 34.300 toneladas de estiércol por día, con una composición nutricional es de 29.600 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, de 9.700 miligramos de fósforo y 12.500 de potasio.
Por último, hay 494 establecimientos de producción de huevos en la Argentina con 20,2 millones de animales, todos confinados y distribuidos en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. “Se generan aproximadamente 2.020 toneladas de estiércol por día con una composición nutricional promedio de 47.000 miligramos de nitrógeno por kilo de estiércol, de 13.500 miligramos de fósforo y 30.300 de potasio.
INTA, un socio clave en el proyecto
“El INTA es uno de los socios de la CELAC con una gran actividad dentro del proyecto”, señaló Beily, quien, además, destacó el aporte de la institución para comprender el potencial de mercado, así como el análisis de la generación de estiércol en las principales producciones pecuarias de la Argentina, el estudio de la oferta de nutrientes derivados y su distribución geográfica.
“Hace 15 años que realizamos relevamientos y estudios con estiércoles de diversas producciones animales y, a partir de toda esa información, estimamos promedios del contenido de nutrientes -nitrógeno, fósforo y potasio- que tienen los efluentes líquidos o purines y el estiércol sólido”, detalló la especialista.
Un proyecto por la economía circular
FERTIMANURE tiene como objetivo la recuperación innovadora de nutrientes de fuentes secundarias para la producción de fertilizantes de alto valor agregado a partir de estiércol animal. Su nombre es un acrónimo de la frase en inglés “FERTIlizer from animal MANURE”, es decir, abono de origen animal estiércol.
Financiado por la UE, este proyecto cuenta con la participación de 20 instituciones público-privadas de 7 países europeos (España, Bélgica, Alemania, Países Bajos, Italia, Croacia y Francia) y 2 países de la CELAC (Argentina y Chile). Actualmente, están en marcha 5 proyectos piloto en granjas en 5 países diferentes de la UE que apuntan a valorizar el estiércol de 3 tipos diferentes de materias primas.
Enmarcado en el Programa Horizonte 2020, el proyecto apunta a brindar soluciones innovadoras en materia de tecnología, productos finales y modelos comerciales que contribuyan a resolver la problemática de la generación de estiércol en los establecimientos pecuarios intensivos de aves, cerdos, feed-lot y tambos.
El proyecto cuenta con diversos módulos que comienzan con la producción de información de base, tanto en la UE como en la región de la CELAC. Es decir, la densidad de animales y generación de estiércoles; análisis del marco legal de gestión de fertilizantes y manejo de estiércoles, análisis de mercados de fertilizantes inorgánicos y orgánicos.
Europa produce alrededor de 1.400 Mt de estiércol por año y más del 90 % del estiércol producido se devuelve a los campos agrícolas. Sin embargo, este sistema de economía circular aún requiere incrementar su eficiencia. Este proyecto apunta a crear sinergia entre los agricultores y las actividades industriales.
A su vez, el proyecto cuenta con el desarrollo de las plantas pilotos para la recuperación de nutrientes para la producción de fertilizantes de base biológica. Así como la producción de los fertilizantes de base biológica a medida y la evaluación de su calidad. También se trabaja en la demostración de los fertilizantes de base biológica y la evaluación de la sustentabilidad de los fertilizantes y las plantas de recuperación de nutrientes. (fuente El ABC Rural)