Ya son 600 los operadores anotados en el registro oficial; buscan terminar con una evasión estimada en $ 10.000 millones al año.
El negocio de la carne vacuna también tiene su blanqueo, aunque no se mide en millones de dólares, como el sinceramiento fiscal que impulsó el Gobierno y alcanzó un récord de US$ 116.800 millones.
Si bien en el sector privado estiman la evasión en la carne en unos $ 10.000 millones al año, el blanqueo para el negocio de la carne tiene la lupa puesta en la cantidad de operadores que de no estar inscriptos pasaron a anotarse en un registro que se lleva en el ámbito de la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (Succa) del Ministerio de Agroindustria, que conduce Ricardo Buryaile.
Hasta el 1° de marzo pasado, había en el marco del Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA), de la Succa, 480 plantas frigoríficas y 212 matarifes.
Estos últimos, los matarifes, suelen ser usuarios de faena en otros frigoríficos autorizados y fueron los que tuvieron un importante crecimiento en la inscripción. En rigor, en el último mes y medio la cantidad de matarifes prácticamente se triplicó. A los 212 que había se sumaron casi 400 nuevos y el número total ya ronda los 600. El «blanqueo», que continúa, vino incorporando un promedio de 20 operadores por día desde el 1° de marzo pasado, cuando se pusieron en marcha varias medidas.
Además, en el registro oficial se incorporaron 200 nuevos matarifes carniceros, que son aquellos que operan en localidades del interior y están autorizados a faenar hasta 50 animales por mes.
En líneas generales, para comparar el preblanqueo y lo que está ocurriendo ahora, se pasó de más de 600 operadores autorizados para la faena (las 480 plantas frigoríficas más los 212 matarifes) a más de 1200 operadores (480 plantas más los 212 matarifes previos, más los 400 nuevos matarifes y más los 200 matarifes carniceros que se incorporaron).
El éxito de este sinceramiento de la cadena de la carne comenzó a ser posible por una serie de medidas que se pusieron en marcha desde el 1° de marzo último.
Por un lado, el sector frigorífico tomó la decisión de que cada usuario de faena (matarife) sea responsable por su propia faena. Es decir, que cada operador saque su matrícula habilitante y se haga cargo de su actividad, además de pagar los impuestos correspondientes.
«Antes, muchos matarifes pedían prestada su matrícula para operar, se escondían en la matrícula de otros frigoríficos. Pero con esto los estamos sacando a la superficie», contó una fuente oficial.
El 1° de marzo pasado comenzó a regir un nuevo RUCA, con simplificación de trámites y de exigencias administrativas. Antes había que realizar una inscripción anual con toda la documentación, y ahora es suficiente mantenerse activo con el pago de un arancel. Sin embargo, la Succa puede hacer requerimientos e inspecciones en cualquier momento si lo considera necesario. «Menos papeles y más fiscalización» es el concepto que usan en Agroindustria.
Además de simplificar trámites, se eliminó la superposición de exigencias con otros organismos, como la propia AFIP o el Senasa.
En este contexto, desde el 1° de marzo también rige un nuevo sistema de comercialización de carne vacuna, fruto de una resolución conjunta entre el Ministerio de Agroindustria y la AFIP que dispuso que quien no paga un anticipo de IVA (unos $ 55 por animal), previo a la faena, la AFIP no le emite un VEP (volante electrónico de pago) para que la Succa autorice la faena.
Vale recordar que esa resolución conjunta invitó a las provincias a adherirse. La provincia de Buenos Aires, que había reducido la alícuota de Ingresos Brutos del 1,75% al 0,5%, ya lo hizo mediante una resolución tripartita entre Agroindustria, AFIP y ARBA (la agencia impositiva bonaerense). De esta manera, el anticipo previo a la faena es el pago de IVA a la AFIP y de Ingresos Brutos a ARBA.
A todo esto, se estableció que al momento de compra de la hacienda, sea por parte de un frigorífico o usuario de faena, si el productor que vendió el animal está inscripto en el Registro de Productores de la AFIP se le debe depositar en su cuenta bancaria (a través de la CBU) el 10,5% del IVA. En un animal de $ 12.000, esto puede significar 1200/1300 pesos.
En cambio, si el productor no está anotado en ese registro, ese pago se realiza al Sicore (Sistema de Control de Retenciones) de la AFIP a nombre del productor.
El proceso de blanqueo del negocio cárnico acaba de sumar otra fase más. Hace unos días, en un encuentro entre la industria consumera del conurbano (más de 23 plantas) se acordó con operadores del Mercado de Liniers no autorizar a operar a los compradores que no estén inscriptos como tales. «Sólo se autorizará a quienes estén inscriptos en la Succa y cuenten con la autorización del frigorífico para operar en su nombre. Al mismo tiempo, la Succa acordó con el Senasa que solamente se emitan DTE (documento de tránsito electrónico) para aquellos matarifes que estén autorizados a operar en cada planta», señaló una fuente.
EL OTRO SINCERAMIENTO
212 Registrados
Era el total de matarifes que estaban inscriptos en los registros oficiales
600 Ampliación
Es el número actual de operadores que están anotados tras el blanqueo
10.000 Millones de pesos
Es el volumen que se estima que alcanza la evasión en la cadena productiva de la carne
Por Fernando Bertello | Diario La Nación