La intensa sequía que afecta a las principales regiones trigueras de Argentina, sumado a las heladas tardías, resintieron las proyecciones productivas de forma severa para la campaña 2022/32.
Un informe elaborado por el equipo técnico de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), advirtió que la cosecha de trigo del período en análisis no superará los 11,8 millones de toneladas, desde los 19 millones proyectados en marzo de este año.
El recorte productivo afectó también de forma importante a las exportaciones del cereal programadas por la Argentina. El Volumen de Equilibrio de exportaciones de trigo de la campaña 2022/23, fijado por las autoridades nacionales en el tercer mes del año, fue de 10 millones de toneladas, volumen que quedo demasiado alto.
Luego de la apertura del cupo de exportaciones, las empresas del sector salieron rápidamente a ganar posición en el mercado, cerrando operaciones con el exterior y declarando DJVE por cerca de 8,9 millones de toneladas, rayando el límite superior establecido por el 90% del cupo.
Argentina en abril del 23 se podría quedar sin saldo exportable
En ese sentido, las exportaciones declaradas que se ubican por encima de las exportaciones potenciales para la campaña, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, con la Resolución 114/2022 decretó una prórroga automática excepcional de 360 días corridos a las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) con período de embarque comprendido entre el 1 de diciembre de 2022 y el 28 de febrero de 2023.
Según las estimaciones de la BCR, estimaciones propias, las exportaciones argentinas estarían en torno a 6,5 millones de toneladas para la campaña 2022/23, el menor volumen desde la campaña 2014/15, de cumplirse.
En el 2021 Argentina destinó 5,5 millones de toneladas de trigo con destino a Brasil, el principal comprador del trigo argentino. Este destino concentró en los últimos años poco menos de la mitad de las exportaciones de trigo de nuestro país.
Brasil suele importar entre 6 y 7 millones de toneladas de trigo argentino por año. Se abastece en promedio del 80% desde nuestro país.
El resto de su demanda importadora la completa desde Paraguay y Uruguay principalmente. Aunque suele recurrir a países extra-zona para completar sus necesidades del cereal.
En promedio, en los últimos años, este influjo representó unas 500.000 toneladas anuales. Estados Unidos es su mayor proveedor fuera del Mercosur, llegando a exportarle cerca de 3,5 millones de toneladas en 2013, cuando alcanzó una participación del 70% en las importaciones totales para ese período, que coincidió con una campaña de Argentina que tuvo una mala cosecha.
El trigo argentino tiene ciertas ventajas en relación con los otros orígenes posibles a la hora de competir por el mercado brasilero.
Por un lado, cuenta con un menor costo de transporte, por la cercanía geográfica, a la vez que se beneficia con la preferencia arancelaria obtenida a través del Mercosur, lo que hace que nuestro país sea muy competitivo en ese mercado.
En esta campaña, es probable que Argentina se quede sin saldo exportable del cereal, Argentina se quedaría sin trigo para exportar en febrero, pero si, en cambio, la dinámica comercial es la de la campaña 2020/21, el saldo exportable alcanzaría hasta abril. (fuente Noticias AgroPecuarias)