Luego de varios años difíciles, los operadores del sector confían en una mejoría y ven que es momento para entrar.
“Hay una sensación compartida de que la ganadería está en el piso de una etapa de crecimiento”. Raúl Milano, director ejecutivo del Rosgan, resumió en buena medida las expectativas de los productores y consignatarios que participaron del primer remate del año organizado por el mercado ganadero que funciona en el ámbito de la Bolsa de Comercio de Rosario. No están esperando un súbito despertar. Pero sí especulan, con suma cautela, que el negocio vuelve a tener una oportunidad luego de varios años difíciles. Una oportunidad más fácil de capturar cuanto antes se tomen las decisiones de inversión.
Eduardo Romagnoli, presidente del mercado, imagina que los próximos tres años serán propicios para consolidar la recuperación de la ganadería. Y consideró que es buen momento para tomar posición. “El costo de oportunidad es alto pero es el que más paga”, opinó. Esteban Cacciavillani, de la consignataria Ferialvarez, de Río Cuarto, coincidió: “La capacidad instalada del sector está subutilizada y, por los números de la agricultura, en la zona mixta se vuelve a abrir una oportunidad para la ganadería”. En conclusión, “las inversiones que se hagan ahora”, madurarán “cuando las reglas de juego sean mejores” .
La ganadería fue un feroz campo de batalla en la pelea del gobierno con el campo, luego del conflicto por la 125. Sumado a problemas climáticos y a la competencia de la agricultura, la política de transferencia de precios que impulsó Guillermo Moreno provocó uno de los procesos de liquidación más pronunciada que sufrió en la historia.
Desde ese piso, comenzó a estabilizarse lentamente, aunque sin traccionar fuertes inversiones. Ahora, la caída del precio de los granos, las expectativas de un aumento de la demanda y las perspectivas de un cambio de políticas ganaderas están detrás de un renovado interés por el sector.
Tras años de enfrentamiento, la expectativa por un cambio político tiene varios significados en la cabeza de los empresarios ganaderos. Pero en el terreno práctico, se traduce en la posibilidad de que un nuevo gobierno abra las exportaciones. Milano recordó que hoy la producción argentina se destina en un 94% al mercado interno, cuando históricamente el mix con la exportación era de 80% y 20%. “Cualquier movimiento por el lado del mercado externo va a tener un impacto grande en el mercado”, subrayó.
Durante el año pasado hubo un proceso de recomposición de valores de la hacienda, que se amesetó en los últimos meses. Pero la tendencia de fondo no parece quebrarse. Por eso el remate número 70 del Rosgan, el primero del año, generó expectativa entre los interesados en medir el ánimo de la actividad.
INVERSIONES
“El productor volvió a comprar animales chicos y los está encerrando en el campo, pensando en el bajo precio del maíz y la buena cosecha que viene”, describió. Frente a la actual relación entre precio del grano y flete, la ganadería es una forma de vender el maíz transformado en carne.
Para Reggi, en el primer remate del Rosgan se notó una vocación de tomar una posición inversora. “Hay varios factores que juegan para la carne, como la baja de la soja y la del maíz, entonces se redoblan los esfuerzos para comprar invernada”, dijo.
El análisis de Etchevehere va por el mismo camino: “Con el boom de la soja, muchos campos se habían dedicado a la agricultura, ahora paulatinamente la gente está volviendo, el problema es que se ha roto mucha infraestructura y ahora hay que hacer una inversión fuerte para volver”.
Según Cacciavillani, los productores que abandonaron la ganadería “se dieron cuenta en los últimos años que en los últimos años vieron pasar la oportunidad de buenos precios”. Y opinó que si bien las vacas de cría no volverán de un día para otro, hay un retorno paulatino al negocio.
“El termómetro fue el año pasado, cuando en los remates de hacienda se vendieron todos los toros en oferta y los cabañeros se quedaron cortos con la oferta de hembras que pusieron en el mercado”, dijo. Romagnoli, presidente del Rosgan, recordó que “los precios se reacomodaron en los últimos dos años”. Y que esa tendencia se mantiene más allá de que en el primer remate del año se hayan pactado precios algo menores que los mejores momentos del año pasado. “Estamos volviendo a precios de septiembre y agosto de 2014, lo que marca un piso”.
La posibilidad de una mayor apertura del mercado externo está vinculada, en la visión de los consignatarios, a un cambio de política. “Hay un mercado ávido de carne, los convenios con China están abriendo posibilidades, pero hay que permitir que haya comercio internacional”, señaló Etchevehere.
Reggi acotó: “Esperamos que este año sea de reactivación del negocio ganadero, necesitamos que sea así, a la Argentina le conviene traer dólares y en lugar de matar un ternero de 300 kilos hay que matar un novillo de 900 kilos”, explicó.
Para Romagnoli, “en un mundo que cada vez come más carne, cualquier cambio de política exportadora tendrá un efecto de recomposición”. Y advirtió que, “hasta el momento, esa oportunidad está siendo aprovechada por inversores externos”.
Fuente: La Capital