Durante junio la agroindustria liquidó u$s1.977.926.224, cifra que significó una baja del 24% en relación al mes de mayo, aunque representó una mejora del 25% en relación al mismo mes de junio de 2023, informó este lunes la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48% de las exportaciones argentinas.
Así, se registró una igualdad en relación al acumulado del presente año en comparación con el 2023, año de bajo volumen por el impacto de la sequía. Los números del sexto mes del 2024 deberían ser mayores, ya que la producción de este ciclo es superior al anterior, y se confirma así que los productores agropecuarios estarían reteniendo mercadería a la espera de mejores precios internacionales, devaluación de la moneda nacional o la quita de las retenciones a los granos.
Junio fue un mal mes para el Banco Central, acumuló un saldo negativo de u$s84 millones. Antes de iniciar junio la expectativa estaba puesta en que el resultado fuera positivo y se ubicara en un nivel no muy inferior a los u$s2.532 millones que compró en mayo. Las reservas brutas terminaron en u$s29.016 millones, apenas u$s352 millones por encima del nivel del 31 de mayo, a pesar de que en el medio el Fondo Monetario Internacional desembolsó alrededor de u$s790 millones.
Desde Ciara-CEC recordaron que el ingreso de divisas del mes de junio es el resultado del régimen de dólar exportador vigente desde diciembre de 2023, de los precios internacionales, del impacto del clima sobre el ritmo de cosecha de maíz y soja y de la relación de costos de insumos y granos. Además, resaltaron las entidades que la exportación de granos sigue trabajando con altos niveles de capacidad ociosa, así como la industria aceitera, padeciendo márgenes negativos permanentes.
El ingreso mensual de divisas, transformadas en pesos, es el mecanismo que permite seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible. La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas, reseñaron.
Ciara-CEC explicaron que, en este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera.
La agroindustria en su conjunto
El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año 2023 el 50.1 % del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El principal producto de exportación del país es la harina de soja (12% del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 70%. El segundo producto más exportado el año pasado, de acuerdo con el Indec, fue el maíz (11%) y el tercero fue el aceite de soja (6,9%). (fuente AgroClave)