“La falta de agua se subió al centro del ring y vuelve a bajar la condición de los cuadros de la región núcleo”. Así describió el último informa de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), la situación productiva de la soja de primera que se ve afectada por el avance de zonas de sequía y escasez de agua en pleno período crítico para su evolución.
A pesar de las últimas precipitaciones y de algunas previsiones adicionales para los próximos días no logra remediar los efectos de la caída de plantas que dejó como resultado la ola de calor. “Los lotes están muy desparejos”, advierten los técnicos.
Según datos de GEA, en una semana cayeron un 30% los cuadros muy buenos (de 45% bajaron a 15%) y aumentaron un 10% los regulares (pasaron de 15% a 25%). En tanto, los lotes malos continúan siendo el 5%. La mayor parte de los cuadros, un 55%, ahora se califican como buenos. “Después de las lluvias de enero los lotes estaban diferentes, eran otros”, comentaban los técnicos. Pero tras la muy buena recuperación de la soja de primera, ahora comentan la preocupación que hay porque “la humedad es muy justa” en el momento clave del cultivo. “Las lluvias de los próximos 15 días será determinante para soja de primera”.
En ese contexto, el doctor en Ciencias Atmosféricas José Luis Aiello indicó que algunas lluvias para la región podrían oscilar entre los 10 y los 30 milímetros, aunque no se descartan eventos puntuales de mayor volumen, lo que permitiría que “sectores en condiciones de sequía podrían encontrar algún alivio”.
Debido a la urgencia de la situación “lo que ocurra con las lluvias en los próximos quince días es determinante”, indicaron los especialistas
La inestabilidad ha comenzado a dejar lluvias desde este jueves 3 de febrero (ver imagen). Hubo algunos acumulados que fueron mucho más importantes que los que señalaban los modelos como en María Teresa que recibió 68 milimetros (mm) o Chacabuco con casi 45 mm. Pero no dejan de ser casos puntuales dentro de la región. De hecho, “la distribución errática de la lluvia será por las características cambiantes de la circulación del viento, lo que descarta un evento de lluvias importantes y generalizadas”, aseguró GEA. Lo que agrava esto es que luego, “no hay lluvias a la vista para la segunda semana de febrero”.
Ante este panorama “hay serios riesgos de que a la soja de primera le suceda lo mismo que le pasó al maíz temprano de la región, es decir que fracasé la producción”, advirtieron.
“Quedaron atrás las lluvias que hicieron retroceder la sequía que dominaba gran parte de la región pampeana. Solo la franja sudeste de la región pampeana, y más específicamente la costa atlántica bonaerense fue afectada por la circulación de un frente frío que dejó como saldo acumulados en el orden de los 5 a 25 milímetros”, dice el consultor Elorriaga. “El sudoeste de Buenos Aires, el centro de Córdoba y el centro de Santa Fe quedaron fuera de una recuperación satisfactoria. Alcanzar una recarga plena de los perfiles requiere de un nivel de precipitaciones que será difícil de alcanzar en el corto plazo”, dijo Aiello.
Ante este panorama hay zonas que siguen sosteniendo la recuperación de la soja de segunda después de las lluvias de enero y “podrían tener rindes similares a las de primera: 30 a 40 qq/ha si el clima continuo favorable”, explicaron los técnicos desde Venado Tuerto o Carlos Pellegrini. Sin embargo, a 100 km hacia el sur, en Cañada de Gómez la situación es muy diferente: “Si no llueve la situación es crítica para soja de segunda. Si comienzan a incrementarse las temperaturas, van a detener el crecimiento. Y los lotes pueden secarse”, alertaron.
La demanda de la soja de primera es mucho más importante: está en estado reproductivo, de hecho el 42% ya se encuentra en plena fructificación que es cuando empieza el período crítico y la mayor demanda hídrica, según GEA. (fuente AgroClave, diario La Capital)