El calor intenso y persistente continúa en esta segunda quincena de enero, especialmente en Cuyo y el norte de la Patagonia, donde las temperaturas habitualmente superan los 40 °C.
Pero esta nueva semana, el sector central de Argentina comenzará a experimentar condiciones similares, anticipándose que los primeros días de febrero sean los más calurosos de la temporada estival, que hasta ahora se había mantenido relativamente moderada.
El bloqueo atmosférico actual interrumpe un verano que se caracterizaba por su dinamismo, con frentes fríos y precipitaciones frecuentes en el centro y norte del país, una tendencia esperada en un escenario de El Niño como el actual.
La ola de calor que se extiende persistentemente por Argentina comenzó en la Patagonia norte y afecta a todo el país, con excepción del sur y noreste, donde las temperaturas se mantienen más normales, e un informe que publicó Agrolatam.
El Sistema de Alerta Temprana del Servicio Meteorológico Nacional actualizó su alerta rojo, señalando temperaturas extremas en diversas regiones, afectando a millones y generando preocupación.
¿Qué temperaturas se esperan esta semana?
Se prevé un ascenso sostenido de temperaturas en el norte y, en particular, en las provincias centrales. Buenos Aires, por ejemplo, superará los 33 °C diariamente a lo largo de la semana, con mínimas sorprendentemente altas, anticipándose que constituya la primera ola de calor de la temporada.
La Costa Atlántica bonaerense y otras regiones del país también experimentarán un aumento en las temperaturas, con máximas que oscilarán entre los 34 y 38 °C en varias ciudades.
¿Hasta cuándo durará la ola de calor? El actual patrón de bloqueo atmosférico, que ha llevado a un aumento considerable de las temperaturas, podría empezar a revertirse durante la segunda mitad de la próxima semana. Aunque por ahora se mantienen bajas las probabilidades de precipitaciones, no se descartan algunas tormentas puntuales y fuertes.
En la red social X, muchos productores y especialistas comenzaron a alertar sobre la situación y del peligro que comienza a correr los cultivos, por la inrensidad del calor y la falta de agua.