La preocupación que hay en el campo por la persistencia de la sequía quedó demostrada este miércoles en el Congreso Internacional de Maíz en Córdoba: el agroclimatólogo Eduardo Sierra, disertó a sala llena en una de las salas dispuestas en el encuentro organizado por los gobiernos de la Región Centro, la Bolsa de Cereales de Córdoba, Maizar y La Pastelera Agro.
Se vio claramente en la audiencia la necesidad de noticias vinculadas a las perspectivas climáticas y Sierra arrojó algunas respuestas, tanto de corto, como de mediano y largo plazo.
En el corto, adelantó algo sobre lo que seguramente ahondará en la perspectiva agroclimática semanal que elabora para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y que se difundirá en las próximas horas: hay perspectivas de un importante frente lluvioso que avanzará por gran parte del país el próximo lunes.
LA NIÑA
En el mediano, la gran pregunta de los productores es hasta cuándo seguirá La Niña y el experto subrayó que los modelos indican que en el verano iniciará su retirada, pero aún permanecerá vigente en los próximos meses.
“La Niña 2021/22 está vivita, no se va a ir rápido”, enfatizó. Y metaforizó con los años electorales: “¿Qué pasa cuando un Gobierno pierde en octubre? Sigue gobernando hasta diciembre. Es lo que pasa con La Niña”, comparó.
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En este marco, trajo una luz de esperanza: aunque aún falta mucho para que comiencen a develarse las condiciones del ciclo 2023/24, no es descabellado pensar en el retorno de El Niño. “Por ahora hay que tener fe: antes que sembrar, tienen que rezar”, bromeó Sierra.
LA INFLUENCIA DE LA ANTÁRTIDA
De todos modos, quizás el capítulo más interesante fue cuando Sierra analizó más el largo plazo y habló sobre un fenómeno que está potenciando los efectos negativos de La Niña y del ciclo seco natural en el que está inmerso en el país: la Oscilación antártica.
Sierra exhibió mapas que muestran cómo las precipitaciones en Argentina, con el paso de los últimos años, han ido disminuyendo desde el sur hacia el nordeste, y es precisamente por la acción de las líneas de viento que provienen de la Antártida y que “rechazan” el aire tropical húmedo.
Según el especialista, se habla mucho sobre el cambio climático pero también hay que tener en cuenta que en la atmósfera ocurren ciclos naturales de varios años con lluvias por encima del promedio, y luego otros en los que las precipitaciones decaen.
En este momento, Argentina está viviendo una fase negativa, que comenzó en 2007. “Estamos en un momento de una fase natural de caída de precipitaciones, exacerbada por los vientos antárticos”, resumió Sierra. (fuente Infocampo)