La cebada argentina viene registrando resultados muy positivos tanto en materia productiva, industrial y de exportación. Los números más recientes que aportó el Ministerio de Agricultura indicaron una cosecha de 5,2 millones de toneladas a partir de una superficie sembrada de 1.3 millones de hectáreas, lo que representa un aumento productivo del 30% en comparación con la campaña 20/21.
Cada éxito tiene una cadena de causas que permiten explicar los números obtenidos. En diálogo con Agroclave, Agustín Baqué, economista y asesor comercial explicó algunos de los factores responsables.
Respecto de la producción, hubo un aumento de la superficie sembrada en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Los bajos precios de los fertilizantes a comienzos de 2021 hizo que los productores incorporen más tecnología de insumos y así apuntaron a mejores rindes y un mayor estándar de calidad. El clima también resultó favorable para esta campaña, que tanto en lluvias como en temperaturas sirvió a los cultivos para dar resultados óptimos.
Pero los resultados no se quedaron solamente en la producción primaria. La exportación también tuvo resultados comparativamente superiores a otros años. Según algunas consultoras privadas, en materia de exportación, los valores son superiores a los presentados un año atrás para la cosecha pasada y anticipan una activa exportación en los próximos meses. Los campos que destinan su cosecha principalmente a la exportación están ubicados al sudeste de provincia de Buenos Aires, en la zona de Bahía Blanca.
China es uno de los principales importadores y, según apuntó Baqué, compra tres variedades diferentes de cebada a Argentina: cebada forrajera, que emplean como sustituto del maíz, y dos calidades distintas de cebada cervecera, una que es destinada a la producción de cerveza de marcas premium como Budweiser y otra de calidad más intermedia destinada a la producción de cervezas de menor precio. Brasil y Europa constituyen los otros grandes compradores de cebada cervecera.
Según Baqué, hubo dos hechos disruptivos que datan del inicio de la pandemia y que sirvieron a los exportadores en esta campaña. Por un lado, el conflicto político que tuvo lugar en abril de 2020 entre China y Australia que decantó en que el gigante asiático dejara de comprar cebada a los australianos y comenzara a buscar otros mercados. Fue entonces que Argentina tuvo la oportunidad de presentarse como oferente de cebada.
El segundo también está vinculado a China, ya que duplicó su demanda de cebada, que pasó de los 5 millones de toneladas a 10 millones. “Unas 5,5 millones de toneladas aproximadamente, serían de cebada cervecera y el resto forrajera”, estimó Baqué.
Esto sumado a las condiciones climáticas desfavorables que sufrió el hemisferio norte, especialmente Canadá, Estados Unidos y Europa, provocó caídas productivas importantes y por ende, perjudicó los volúmenes exportables que pudieron ofrecer esos países. Y cómo funcionan las reglas de demanda y oferta, una mayor demanda y menos oferta en el mercado generaron una relación stock-consumo muy ajustada a nivel global que condicionó una disparada de los precios. A finales de 2021, el precio de la cebada marcaba un incremento de entre u$s 60 y 80 en relación con 2020.
Actualmente hay cerca de 1,8 millones de toneladas de cebada forrajera y 541.660 de cebada cervecera a la espera de que se autoricen las declaraciones juradas correspondientes para su exportación. Por otra parte, la malta también alcanzó su mejor segunda cifra de exportación histórica, con unas 614.000 toneladas.
Industria nacional
La industrialización nacional marca el tercer punto récord para la cebada. Argentina cuenta con cuatro grandes malterías que se ubican en Bahía Blanca, Alvear, Puán y Tres Arroyos. Estas se abastecen con las producciones provenientes del centro de la provincia de Buenos Aires y Rosario principalmente. Según los números oficiales del informe mensual de Molienda de Cereales, se procesaron 1,1 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 9% en comparación con el récord previo, que data de 2019.
Al respecto de estos resultados, el subsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño, declaró que “todo indica que las malterías están operando al límite de su capacidad, por eso cobra relevancia el proyecto de Ley de Promoción Agroindustrial que este gobierno acaba de incluir para su tratamiento en sesiones extraordinarias, ya que Argentina necesita mantener el liderazgo regional en materia agroalimentaria atrayendo nuevas inversiones que fortalezcan la competitividad de la cadena de la cebada cervecera”.
Trigo o cebada, esa es la cuestión
Según Baqué, año tras año se presenta la disyuntiva entre trigo o cebada y el productor debe evaluar qué resulta más conveniente sembrar.
A diferencia del mercado de trigo, que se encuentra intervenido por diversas medidas oficiales como los cupos de exportación, el mercado de cebada no cuenta con este condicionamiento. Además, la demanda a nivel global y sus características llevaron al precio de la cebada a tener un intervalo que va de los u$s 260 a u$s 265, mientras que el trigo tenía un precio de u$s 250 en el Puerto Quequén.
‘‘Con la cebada no solamente se trata de un mercado no intervenido como pasa con el trigo, sino que hay una cebada que tiene un mejor precio y eso el productor lo está viendo a la hora de vender’’, destacó el consultor bonaerense.
Respecto a las hectáreas que se podrían destinar a la siembra de cebada o trigo, Baqué cree que los productores optarán por la cebada e incrementarán incluso la superficie cultivada. “Podría haber para Argentina un incremento de superficie sembrada de cebada de entre un 5 y el 10%, específicamente en sudeste y sudoeste bonaerense, mientras que el trigo se va mantener ya que incluso si se sembrara menos en esta región austral de Buenos Aires, se puede compensar en otras zonas como Santa Fe’’, proyectó. (fuente AgroClave, diario La Capital)