La producción lechera 2020 de Argentina superó los 11.100 millones de litros, que implicaron un crecimiento por encima del 7% en un año muy complicado.
“Para 2021, es improbable poder alcanzar un crecimiento así, pero quizá podamos (si logramos recuperar una rentabilidad positiva) aspirar a ‘mantener la posición’”, apuntó el gerente de la Cámara de Productores de Leche del oeste de la provincia de Buenos Aires.
Daniel Villulla advirtió que, para repetir la performance pasada, este año “el clima, las relaciones de precios, y la macroeconomía tendrán que hacer su parte. Tamberos y cadena están haciendo la suya, y solo necesitarán un adecuado acompañamiento desde el Estado”.
El especialista resaltó que 2021 arrancó “complicado” pero que “parece posible remontarlo”, dentro de un escenario mundial en el cual “las alteradas relaciones de precios por el alza de los granos se están corrigiendo vía incremento en los precios de la leche”.
En el caso de Argentina, Villullla indicó que tanto la leche como los productos lácteos “han quedado muy atrás de la inflación, y hay margen para achicar la brecha. Esto es bueno para mejorar la capacidad de pago de la industria, y que eso se traslade a una mejora en los precios al productor”.
Sin embargo, de concretarse “la intervención distorsiva de los mercados, no nos va a ayudar a crecer”.
La proyección hasta comienzos de 2022 a nivel internacional, marca que los actuales precios del
maíz, la soja y los lácteos van a permanecer en los buenos valores en que están.
“¿Qué hacemos entonces? ¿Vamos a esperar a que bajen los granos para recuperar el
negocio lechero, maniatando los mercados? No por favor, ya lo hicimos y fracasamos. La actual
capacidad de pago para un litro de leche exportado como LPE, sin DEX y con reintegros, llega a $29,04 o u$s0,329/litro”, rogó Villulla. (fuente Noticias AgroPecuarias)