Las pulverizadoras autopropulsadas se convierten en un terreno dominado por la producción originada en Argentina.
De acuerdo con los datos de patentamientos difundidos por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), en 2021 (y la foto se repite en enero de 2022), casi el 96% de los equipos se fabricó en el país.
Ese porcentaje lo aportó un sexteto conformado por Metalfor, Praba, Pla, Ombú, Caimán y Jacto.
Se podría objetar que Jacto es de matriz transnacional, pero las pulverizadoras autopropulsadas que vendió durante 2021 (y las que proyecta para 2022) fueron producidas en la planta de Arrecifes (Buenos Aires).
También debe considerarse que las marcas globales que venían intentando posicionarse en el segmento, tropezaron con dificultades concretas para importar máquinas.
Perspectivas
De todos modos, queda claro que hay un núcleo duro de producción local que marca el perfil de las pulverizadoras motrices.
Y los planes de las empresas que protagonizan la fabricación nacional incluyen acciones de crecimiento.
Metalfor continuará en 2022 optimizando sus líneas fabriles en la planta de Marcos Juárez (Córdoba), mientras Praba prepara nuevos modelos y también amplía su fábrica en Tortugas (Santa Fe).
Caimán trabaja en un programa de expansión que tiene como objetivo principal pelear el liderazgo del sector en un plazo de 3 a 4 años.
Pla ha invertido en su estructura industrial de Las Rosas (Santa Fe) y proseguirá reorganizando la producción en 2022, además de sumar nuevos elementos tecnológicos.
A su vez, Ombú, además de actualizar la tecnología de su pulverizadora PAO, desarrollará este año tareas de difusión y demostraciones de la máquina a campo, apuntando a ganar porciones de mercado.
Por su parte, Jacto profundizará en 2022 la incorporación de componentes locales y la ampliación de las posibilidades de productividad local para equipos autopropulsados y de otras líneas de pulverizadoras. (fuente MAQUINAC)