Algunas premisas acerca de las formas de producir que tendrán lugar en los próximos años
La resistencia que han desarrollado las malezas a algunos herbicidas ha encendido las luces de alerta sobre el uso del resto de las tecnologías. A su vez, el ambiente con sus diferentes matices y cambios invita a variar el manejo de plagas, enfermedades y malezas según el año. En un nuevo encuentro agronómico organizado por Syngenta en Victoria, Entre Rios, fitopatólogos, entomólogos, asesores, influenciadores y técnicos de todo el país se reunieron para debatir sobre la situación agronómica actual y futura.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del ingeniero agrónomo Esteban Agüero, gerente de Servicio Técnico Syngenta para América Latina Sur, quien explicó la finalidad de estos encuentros, orientados a promover el intercambio de ideas para conocer la situación de los campos en diferentes zonas y establecer criterios de trabajo y cooperación entre técnicos.
Más tarde, el ingeniero Octavio Caviglia, de la Universidad de Entre Ríos e investigador del Conicet se refirió a la ecofisiología: “Constituye una forma de trabajo que utiliza métodos conceptuales como herramienta y que integra la fisiología del cultivo con cuestiones ambientales y climáticas, lo que en conjunto afecta al desarrollo, el crecimiento y los rendimiento del maíz”, expresó.
“El ambiente resulta un factor clave en la evaluación que debemos hacer de cada cultivo. Para ejemplo tenemos la reciente variación del rendimiento del maíz, que fue del 48% si se toman las últimas tres campañas. Tal variación se debe en gran parte a la recarga del perfil. El anuncio de un año «Niño» para esta campaña puede beneficiar mucho al cultivo, con muy buenas perspectivas de rinde”, continuó Caviglia.
Luego añadió que algo similar ocurre con la radiación como factor de importancia: “La tasa de crecimiento del cultivo es igual al producto de la radiación incidente por la eficiencia que el cultivo tiene de interceptar esa radiación para transformarla en materia seca, y en esa intercepción de la radiación influye la distancia entre hileras, por ejemplo. En soja, el período de mayor crecimiento es entre R3 y R6, el momento en que se determina cuántos más granos dará la planta. Las variables ambientales que afecten ese momento resultarán cruciales en los rindes”, afirmó.
El caso de Echinochloa colona
A su turno, los ingenieros Marcelo de la Vega, de la Universidad de Tucumán, Federico Venier y José María Lazcano, ambos del equipo de Servicio Técnico Syngenta, abordaron el problema de malezas tomando el caso deEchinochloa colona –una gramínea– en soja. Se partió de la pregunta “¿Qué aplicar? ¿Un graminicida, un desecante, un residual en barbecho?”.
“Cuando no se la controla, la Echinochloa colona, por su dinámica poblacional, la maleza ocupa el campo y compite con la soja. Si bien los técnicos midieron que con el graminicida o el desecante se llega al 95% de control, cabe preguntarse si todos los años son iguales como para hacer desecante o graminicida”, plantearon.
“Aunque existen casos de productores que realizan tres aplicaciones de graminicidas, es importante marcar que en años secos los graminicidas no tienen una buena movilidad en la planta, por lo que hacer tres aplicaciones del mismo principio activo representa un gran riesgo de generar resistencia”, explicó Lazcano. “En nuestra opinión, sugerimos usar desecantes como Cerillo en barbecho y luego continuar con un graminicida, una estrategia que en los ensayos ha demostrado que se gana en rendimientos en soja”.
Las enfermedades en trigo y los fungicidas
Cuando llegó el turno de las enfermedades, los técnicos se refirieron a la situación de cada zona. La ingeniera Norma Formento, del INTA Paraná, contó que en los campos de Entre Ríos hay roya con una incidencia del 40% y mancha amarilla en trigo en materiales susceptibles. “Un ataque severo de roya seca el trigo”, afirmó. Ante ello, la pregunta que muchos se hacen es qué aplicar y a qué costo. Además ya se encuentra Ramularia en Uruguay y se espera un año sanitario difícil para quienes se inclinaron por trabajar con cereales.
Por su parte el ingeniero Pablo Poncio, de Santa Fe, explicó que en su zona hay mancha en red en trigo y que la opción en la actualidad es aplicar estrobilurina y triazol en combinación en forma temprana por eficacia y costos.
En el sudeste –según referencias del INTA Balcarce–, la enfermedad predominante es mancha en red y ya fue detectada Ramularia temprana en laboratorio. Al respecto, la ingeniera Margarita Sillon, de la Universidad Nacional del Litoral, ha observado ataques de roya del tallo en el norte de Santa Fe, para lo que recomienda aplicar productos en hoja bandera, y alertó acerca de la dificultad para controlar esta enfermedad si no se la trata a tiempo.
En ese sentido, el ingeniero Pablo Mainez explicó que la aplicación a tiempo es mucho más importante que cualquier otra variable: “Es algo que aprendimos con el tizón del maíz. No tratar una enfermedad como la roya es perjudicial y se recomienda trabajar con niveles de incidencia bajos”, sostuvo.
A su turno, el ingeniero Julio Muriel, de Desarrollo de Fungicidas en Syngenta, contó el caso de Elatus (Solatenol y azoxystrobin), que en Brasil –sólo en el año de su lanzamiento– se vendió para ser aplicado en 5 millones de hectáreas para roya de la soja. “El Solatenol necesita menos dosis que las otras carboxamidas del mercado para matar al hongo, mientras que el azoxystrobin se usa mucho por su amplio espectro de control. De aquí a cuatro años, las novedades en torno del control de enfermedades estarán relacionadas con las carboxamidas”, expresó.
Muriel informó también que Syngenta posee otros fungicidas en desarrollo, que son aún mejores que las herramientas hasta ahora disponibles: “En el futuro cercano tendremos muy buenas novedades al respecto”.
El turno de los insectos
Los ingenieros Eduardo Cortez, del INTA San Francisco, y José Cuello, de Syngenta, hicieron una breve reseña sobre las plagas. “La oruga bolillera es una plaga siempre presente. Hemos visto que la lluvia es importante en los picos de presencia de orugas. En cuanto a chinches, conviene intervenir cuando la presión es alta. La recomendación es usar el producto Engeo en dosis de 200 centímetros cúbicos en aplicaciones matinales (hasta las 9 de la mañana) cuando la chinche está sobre la planta y no bajo las hojas, ya que se trata de un insecticida que actúa por contacto”, sostuvo Cortez.
Además se alertó sobre el uso de diamidas sobre diamidas, lo que implica un riesgo. En varios países, insectos como la plutella de la colza ya han desarrollado resistencia a las diamidas. Al respecto, el ingeniero Roberto Peralta, de Córdoba, opinó que falta una política de aplicación de insecticidas, ya que en los últimos tres años se aplicó la misma cantidad de insecticidas pese a que se trató de años diferentes en cuanto a presión de insectos y a condiciones climáticas.
Entre las novedades en insecticidas se anunció el lanzamiento de Curyom Fit UV.
Por último, el ingeniero Gustavo Duarte, asesor privado y exasesor CREA en el oeste de la provincia de Buenos Aires, dejó en claro que el rol del asesor es muy diverso. “De cara al futuro, el desafío es intentar un manejo sustentable de los esquemas de producción para que productores, contratistas y empresas ganen dinero, aunque todo debe ser en línea con las actuales demandas sociales, con un estricto cuidado ambiental”.