Luego de la recuperación del precio de la leche durante el primer semestre de 2019, agosto cerró con una situación menos favorable. «Según el Siglea, el precio del litro de leche en julio fue de 15,5 pesos por litro, lo que reflejó una desaceleración del aumento que venía recibiendo el producto en los meses previos», afirma Diego Curat, integrante de la consultora AZ Group.
«Junio y julio fueron buenos meses para el tambo, en los que hubo razonables precios de la leche sin suba de los costos, pero en los últimos días la situación cambió», agrega.
Curat observa que en gran parte de la provincia de Buenos Aires los verdeos de invierno están produciendo menos forraje de lo esperado por la seca. En esos tambos se deberá aumentar la cantidad de alimento balanceado a suministrar a las vacas, un insumo que se entrega con fuertes aumentos por la devaluación del peso.
Suba de costos
En la ecuación económica tambera también influye el aumento establecido por Uatre para los empleados rurales, del 23% para agosto y del 28% para octubre. Además, también influye la forma de pago de la leche en un contexto de alta inflación presente y futura: los empresarios tamberos buscan cobrar cuanto antes lo que van entregando porque no se consigue financiamiento para las compras de insumos.
«Es muy poco probable que el precio de la leche acompañe los aumentos en los costos de los últimos días, porque el consumo interno está trabado por la recesión económica -adelanta Curat-, lo que se traducirá en una reducción de los márgenes de rentabilidad».
Los factores descriptos determinarían que se llegue a la primavera (época de mayor producción de leche) probablemente con un precio estabilizado en pesos y disminuido más del 25% en dólares, y con aumento de costos.