El avance de la tecnología en el campo no es ninguna novedad, pero sí representa un eje de debate actual cuál será su impacto en el empleo. Hay quienes pronostican un campo sin humanos, pero también hay otros con una visión más optimista. Entre estos últimos se encuentra Andrés Méndez, consultor referente del INTA en agricultura de precisión, quien a fines de agosto participó del Congreso Aapresid.
«Lo que demostró el proceso de tecnificación en el campo es que a medida que pasó el tiempo se creamos más empleos. Trabajamos distintos, pero en mayor cantidad: se amplió el rubro y se tornó más especializado», dice Méndez en diálogo con Agrofy News. Por si queda alguna duda, cuantifica cómo sera el incremento del empleo para el futuro: «Se va a cuadruplicar, y en nuestro país puede ser aún mayor».
El tema parece ser uno de los principales desafíos que enfrenta no solo Argentina, sino también el mundo. En un informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2018, se asegura que los trabajadores que se desempeñan en el grupo de actividades primarias serán los que más sufrirán por la automatización de tareas. Sin embargo, para el referente del INTA dicha situación puede significar una gran oportunidad para el país, «porque la exportación de tecnología en el agro puede ser tan fuerte como la de granos actualmente».
Durante su charla en Aapresid, Méndez hizo suya una de los versos más conocidos de Los Redonditos de Ricota. «El futuro llegó hace rato» parece haber dicho, cuando aseguró que «muchos ven lo que viene con un poco de miedo e incertidumbre, (…) pero en realidad (…) las máquinas de hoy ya están robotizadas». Lejos de las visiones apocalípticas, para él eso es una gran noticia, porque permitirá una agricultura digitalizada, agroecológica y capaz de realizarse en cualquier lugar, incluso en los periurbanos.
Accesible
Uno de los puntos de la charla pasó por la inversión que debe realizarse para incorporar alguno de estos equipos al campo. Según su visión, los desembolsos «se repagan solos trabajando», porque las máquinas permiten un significativo ahorro que rápidamente va al bolsillo.
Méndez se refiere puntualmente al caso de los productos químicos: «Los robots te van a permitir reducir entre un 80% y 90% el uso de agroquímicos. Hoy muchos productores gastan hasta 160 dólares por hectárea en este rubro. Imaginate el efecto de bajar 80% ese número», apunta. A su vez, hay equipos que aplican la nanótica, que generan un 50% más de efectividad de los productos a través de un proceso químico, por lo que el ahorro puede ser aún mayor.
Para argumentar esa expresión, Méndez explica que hoy una pulverizadora convencional de 25 metros «pelada» cuesta cerca de 150.000 dólares. Si se le agrega una estación meteorológica y un sensor de malezas la inversión puede llegar hasta los 300.000 dólares. «Un robot, para hacer lo mismo, cuesta cerca de 140.000 dólares», contesta. (fuente Agrofy News)