Era un hecho que la continuidad de la “Niña”, la coyuntura económica y los resultados recientes de maíz 2021/22 harían mella en la nueva campaña maicera. Y las intenciones de siembra y los reajustes así lo demuestran.
De acuerdo al último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, en mayo se estimaba una caída del área maicera del 5% en la zona núcleo argentina. Sin embargo, a días de iniciar la siembra, se espera que esa retracción sea del 10%, respecto al ciclo previo (aproximadamente, 180.000 hectáreas).
Entonces, se espera que se siembren 1,66 millones de hectáreas de maíz en la principal zona productiva argentina.
Con una tercera Niña consecutiva, que cada vez muestra mayores señales de ser moderada y no leve, los productores quieren evitar los perjuicios del ciclo anterior, con rindes que llegaron a los 50 quintales y maizales que terminaron pastoreados en muchos casos, cuando se había invertido para superar los 120 quintales (rindes objetivos de 150 quintales).
Los objetivos
Esta campaña, explicaron los productores y técnicos que reportan a la entidad rosarina, la meta es producir para cubrir los costos de indiferencia, en lugar en vez de buscar el mayor potencial posible.
El primer ajuste está en la fertilización nitrogenada, con un 30% menos de nitrógeno: el productor que aplicaba 320 kilos de urea por hectárea, esta vez aplicará 200 o 250 kilos.
También se va a justar bajando la densidad de siembra. Otro punto es la elección de los híbridos,: este ciclo se buscan que sean más estables, frente a los de máximo potencial
Por otra parte, se recambiará superficie, es decir, más área de maíz temprano pasará a tardía: se proyecta hasta un 50% de la superficie de maíz tardío, respecto al año pasado. (fuente Infocampo)