La sequía de septiembre en la zona núcleo ya le puso un techo de rendimiento al trigo con la muerte de macollos. Las lluvias no llegaron a tiempo para el cereal pero sí para el maíz y destraban la siembra en Córdoba, donde en diez días llovió lo mismo que los cien anteriores. Además, se recargan los lotes en vísperas de la siembra de soja, informó la Guía Estratégica para el Agro (GEA) que elabora la Bolsa de Comercio de Rosario.
Los quintales de trigo ya están restados: quedan atrás las 7 millones de toneladas proyectadas hace dos meses. Con un septiembre seco y un octubre que también escatimaba en agua, el potencial de rinde iba cuesta abajo y el deterioro del trigo se extendía por toda la zona.
Si bien llegan tarde, las últimas lluvias son un bálsamo para el cereal. Por la falta de agua se perdieron macollos y los rindes que se estiman, 34 quintales por hectárea, son mucho menores a las de los últimos tres años.
Sin embargo las precipitaciones de la última semana mejoran la condición del cultivo y le ponen un piso a la pérdida de rinde. Los cuadros con las mejores calificaciones aumentaron 10 puntos y se redujeron los que estaban regulares. Con el 35 por ciento de los cuadros floreciendo y el 20 por ciento comenzando a llenar granos pasarán estas etapas más exigentes sin síntomas de falta de agua.
La seguidilla de lluvias despierta las enfermedades latentes por la sequía. Ya se prepara la segunda aplicación de fungicida para roya. Sin embargo, en los lotes con un potencial menor a 30 qq/ha no serán prioridad para invertir en una segunda aplicación.
En tanto, el maíz temprano se encuentra en la recta final y el retorno de las lluvias posibilita el cierre de la siembra. En el sudeste cordobés, el área que estaba más atrasada por la falta de agua, podrán finalizar con la siembra del cereal luego de las precipitaciones de estos días. En las zonas del centro y sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires ya se sembró el 90 por ciento de los lotes destinados al cereal, pero se desistió con la implantación. Esos lotes pasarán en su mayoría a soja de primera y el resto a maíz de diciembre. Las lluvias le darán un impulso al cereal implantado y servirán para emparejar lo que estaba creciendo de forma desuniforme. Sin embargo, uniformidad de la emergencia era clave para no restar quintales.
Las lluvias invitan a la siembra de soja temprana. Sin embargo, las zonas que recibieron menos de 30 milímetros necesitan más agua. Todavía restan 10 días para arrancar con las labores de siembra de los cultivares más tempranos. El control de malezas de barbecho fue dificultoso con la sequía invernal. La maleza que convoca mucha ingeniería es el raigrás resistente.
Lluvias erráticas. Las precipitaciones erráticas marcan diferentes realidades en la región. Hubo dos núcleos bien destacados con acumulados que superaron los 60 milímetros en el norte bonaerenses y en el centro-sur de Santa Fe.
En el sudeste cordobés y en la franja que atraviesa el sur santafesino las marcas estuvieron por debajo de los 15 milímetros, manteniéndose la sequía. Al cierre de esta edición se esperaban algunos días más de lluvias en la región y tiempo inestable. Los mayores acumulados se preveían para las porciones este y sur de zona núcleo.
En Córdoba llovió más en diez días que en los cien anteriores. Este restablecimiento de la humedad es clave para avanzar con la siembra de maíz y el comienzo de la de soja.
Para el trigo, las lluvias llegaron tarde, pero permite que se recupere turgencia para continuar con la etapa de llenado de granos. En algunas localidades casi quintuplicaron la marca pluvial, con una distribución de las lluvias más homogénea. La mitad este de la provincia acumuló entre 30 y 45 milímetros, mientras que al oeste las lluvias quedaron ente 15 y 30 milímetros.
Centro y norte. En el centro y norte provincial, la inestabilidad del tiempo condicionó los ritmos de los movimientos de equipos y sembradoras del cultivo de girasol, maíz temprano (de primera), arroz y algodón, progresando en los distintos departamentos a medida que las condiciones climáticas y la cama de siembra lo posibilitaron. Bajo este escenario comenzó el proceso de siembra, de soja de primera, con buenas condiciones de humedad y temperatura, en la cama de siembra se implantaron los primeros lotes.
La intención de siembra para la campaña 2019/2020 se estimó con un incremento de 5 por ciento al 5,5 por ciento en comparación al área sembrada en la campaña anterior que fue de 850.500 hectáreas, representando, aproximadamente, la superficie a sembrar unas 900.000 hectáreas, según el informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Las condiciones ambientales favorecieron el desarrollo y maduración del trigo, y crecen las expectativas de rindes similares o superiores a los de la campaña pasada, a lo que se suma su valor comercial que pronostica una cosecha muy importante.
El estado de los cultivos se mantuvo en un 92 por ciento bueno a muy bueno, con lotes excelentes, el 5 por ciento en estado bueno a levemente regular y un 3 por ciento en estado regular, con aplicación de fungicidas y monitoreo por pulgones.
Finalizó la demorada y prolongada siembra de girasol con un área para la campaña 2019/2020 de 108.500 hectáreas, un 11,86 por ciento inferior a la superficie sembrada el ciclo anterior. La implantación de maíz temprano, en tanto, llegó al 97 por ciento, con un incremento de solo 2 puntos intersemanal y 3 puntos inferior a la campaña del año anterior, con buena germinación, desarrollo y estado sanitario.