La chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) es un insecto con aparato bucal succionador, de tamaño pequeño, que presenta un ciclo de vida relativamente corto y un gran potencial de multiplicación, puesto que una hembra puede colocar hasta 500 huevos.
Esta plaga, desconocida para muchos, está preocupando a todos los productores maiceros del noreste argentino, más precisamente en la región sudeste de Santiago del Estero, Corrientes y Chaco.
Como sucede con la chicharrita que es vectora del Mal de Río Cuarto (MRC), esta especie también puede alojar y trasladar de un lote a otro una enfermedad, como el “Virus del Rayado”, capaz de causar pérdidas de hasta 100%, pero también es vectora de otros males.
La chicharrita del maíz
El gran problema que hay en este contexto es que en la Argentina no hay registrados actualmente productos fitosanitarios para combatirlas. Esta situación, hace que los productores y asesores tengan que buscar extrategias experimentales para intentar enfrentarlas.
“Aparentemente las condiciones de sequia favorecieron la diseminación de la plaga siendo vector del virus del rayado y dando enanismo causando pérdidas de hasta 100% de rendimiento”, destacó a Infocampo, el ingeniero agrónomo y asesor privado Germán Michetti, referente de la comisión de fitosanitarios de la Federación Argentina de la Ingeniería Agronómica (FADIA).
Se pudo saber, que desde el Senasa, buscan por todos los medios resolver el problema ya que comienzan a notar una difusión posible de la plaga hacia otras regiones importantes, como la provincia de Entre Ríos.
En ese sentido, desde el organismo, están meditando el registro de algún producto que ayude a controlar el problema.
Los daños
Esta plaga causa dos tipos de daños en los cultivos, principalmente en maíz:
- El daño directo cuando se alimenta de la planta y emite una sustancia pegajosa que ocasiona fumagina, lo cual afecta a la fotosíntesis y su área foliar.
- Es transmisora de cuatro enfermedades que causan el achaparramiento del maíz, entre ellas está el estiroplasma que es lo que más preocupa a los productores.
“Este insecto se ubica en el cogollo de la planta del maíz, donde el productor puede verla a simple vista, es color amarillo lo cual la identifica de entre las otras chicharritas que se pueden encontrar en el maíz que son mas grandes o de otros colores”, insistió Michetti.
Los especialistas del NEA recomiendan a los productores monitorear los cultivos de manera permanente, aunque admiten que es necesario conocer la plaga y saber lo que ocurre en el lote luego de su aparición.
La chicharrita, que se muestra indefensa pero su efecto es letal, ya se encontraba en el país desde hace tiempo pero no era considerada de gran importancia.
Sin embargo, con los cambios de tecnología, al ir utilizando insecticidas que disminuyeron otras plagas, fue tomando su lugar, llegando al punto de preocupar a todos.
La sequía
Las condiciones ambientales son determinantes para la aparición de dalbulus maidis. La sequía suele acompañar el proceso de reproducción de la misma, aunque no es la única condición que actúa como beneficio para su proliferación.
La utilización de maíces templados que son mas susceptibles que los maíces tropicales a la enfermedad que provoca los ataques de la chicharrita, también es parte del problema.
Al no poder acceder a productos químicos que la controlen, se aconseja recurrir a híbridos que las empresas promocionan como más tolerantes a las enfermedades que provoca este pequeño insecto.
“Esta sería una de las estrategias para disminuir el ataque, como así también disminuir el maíz ‘guacho’ que se tenga en el lote que se vaya a sembrar o en sus alrededores, ya que este es el lugar donde se alimenta y reproduce, en el cultivo de maíz es donde se refugia, de esta manera el productor se puede ir previniendo”, advierten los especialistas del NEA. (fuente Infocampo)