Actualmente, la eficientización y la profesionalización del productor se basan en la carga de información adecuada para, de este modo, tomar las mejores decisiones dentro del negocio ganadero.
“A partir de las aplicaciones y herramientas integradas de información de este tipo es cuando los beneficios aparecen en forma casi natural. Y esto nace sobre la base de la simplificación de los sistemas de gestión de información que realiza cada empresa agropecuaria”, dijo Gabriel Pane, especialista de producto de Albor Campo, el sistema de gestión integral desarrollado exclusivamente para el sector agropecuario.
“El programa permite obtener información operativa y de gestión en forma rápida, así como lograr mayor visibilidad y comprensión del negocio y de la operación. En este caso, es importante resaltar que, aunque el productor no esté en el lugar donde se genera la información, no deja de visualizar lo que sucede en su negocio”, amplió.
También destacó que, a partir del software Albor Campo, el camino hacia la eficientización y la profesionalización del productor se basa en la información adecuada para la toma de las mejores decisiones del negocio.
“Se entiende mejor lo que pasó, lo que está pasando y cuál será el futuro de la empresa agropecuaria”, aseguró Pane, en un webinar que mostró las utilidades del software y que contó con la participación de profesionales vinculados con las distintas áreas del sector agropecuario.
Se trata de un probado sistema de gestión que permite, cada vez con más asiduidad, acceder a información ordenada y de acceso sencillo, tal como se expuso en la disertación.
“Existe el mito de que los sistemas son complejos, complicados, que llevan mucho tiempo de aprendizaje y que requieren de la contratación de más personal. Pero no es tan así”, sostuvo.
“El programa va mucho más allá de las operaciones que simulamos en la presentación, donde, en pocos minutos, desarrollamos y dimos respuestas a preguntas clave”, agregó Pane, quien es asesor CREA y cuenta con más de 20 años de conocimiento en gestión del negocio ganadero.
La charla contempló la utilización de la aplicación en un esquema convencional de la empresa ganadera, con una primera etapa a cumplimentar respecto del registro del establecimiento en los temas más relevantes.
A partir de entonces existen cuatro ítems a considerar: categoría, parcela, rodeo y negocio. Y desde allí se cargan en el sistema las existencias y los movimientos de animales como compras, ventas, nacimientos, muertes, cambios (de lote, campo, categoría y rodeo), así como ajustes y consumo.
Del mismo modo, las órdenes de trabajo que contempla insumos y trabajos de sanidad y de suplementación, entre otros; y los registros de pesos/leche promedio por mes, así como la trazabilidad ganadera (caravanas dinámicas). Es decir, permite en forma permanente —y tiempo real— la valorización del capital de hacienda.
También se trabaja —en detalle— respecto de toda la trazabilidad ganadera hasta, incluso, reportes de confinamiento para apreciar el porcentaje de conversión del feedlot.
Yendo a consultas más específicas, el sistema permite, y así quedó demostrado en la exposición, determinar cómo evoluciona la producción de carne en un determinado período; es decir, calcular el balance de carne.
Respecto del ajuste de índice inflacionario, el sistema tiene una configuración que prevé, a partir de la carga de las referencias mensuales, una alternativa de uso corriente en los establecimientos de nuestro país. “Si bien es una cuestión más bien contable, su inclusión de cálculo perfectamente se adapta en este sistema”, agregó.
Pane comentó, en uno de los tramos, que hay que revalorizar el vínculo de la gestión con la contabilidad. “Es importante tener este sistema vinculado. ¿Por qué? Por las diferentes alternativas que se presentan desde la salida de los animales, tras una venta, hasta que llegan a los frigoríficos donde, por ejemplo, se debe considerar el eventual porcentaje de desbaste”, comentó.
El sistema de aplicación es bimonetario y lleva las dos contabilidades en forma paralela. Esto es, se trabaja en pesos y en dólares, y responde a la necesidad que cada productor requiera al momento de las consultas. “El cálculo del margen bruto, el que permite medir la gestión del negocio a nivel numérico, es uno de los aspectos más destacados”, comentó.
El balance de carne permite evaluar el negocio a partir de los kilos y el reporte de hacienda lo hace a nivel de cabezas de ganado. “El margen bruto global de la actividad es diferente, ya que precisa cómo viene la gestión de la ganadería en un período determinado. Es un formato sencillo, pero potente, donde se precisan los datos de kilos de carne; cuál es la superficie afectada; los kilos por cabeza y la producción de carne por hectárea, entre otras alternativas y, luego, aparecen los ingresos netos y los gastos fijos, como honorarios varios y costos de insumos, entre otros; eso determina el MGB. Incluso, los reportes se pueden filtrar de acuerdo a determinados ítems, lo cual agiliza la búsqueda”, indicó.
Pane aseguró que no es complejo compilar el desarrollo ganadero. “Tal vez lo complicado es obtener la información desde el campo, pero todos hoy cuentan con un celular. Y por eso ahora podemos hablar de un antes y un después al sumarse las aplicaciones móviles con informes desde los lotes y las propias mangas. Y está comprobado de que, a partir de entonces, el sistema lo resuelve todo”, concluyó.