Conforme se consolida el escenario de pérdidas de cosecha en Sudamérica, debido a la sequía, la soja robustece su cotización.
Esta semana, el grano alcanzó el mayor precio en ocho meses y quedó al borde de los U$S 600 la tonelada, la mayor cifra alcanzada en septiembre de 2012 y mayo del año pasado.
A nivel internacional, el mercado continúa con el foco puesto en el estado del cultivo en Argentina, Brasil y Paraguay, donde sufrió durante enero temperaturas muy por encima de lo normal e intensas sequías.
Esa condición obligó a que se realizaran recortes productivos en gran parte de la región.
En los estados de Paraná, Río Grande do Sul en Brasil, se calcula que se perdió entre un 20% y un 30% de la producción esperada. En promedio, las consultoras privadas brasileñas estiman que el país produzca en torno a 126 millones de toneladas.
A nivel país, la sequía ha impactado en toda el área productiva.
A tal punto que la Bolsa de Comercio de Rosario, a través de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), proyecta una cosecha de 40 millones de toneladas, cinco millones menos de toneladas que en la campaña pasada.
Esta contracción productiva en Sudamérica, además, decantaría en una mayor demanda de soja estadounidense, lo que coloca a la relación “oferta demanda” en una situación precaria.
Más poder
Pese a que el productor recibe 35% del precio pleno de la soja, por efecto de las retenciones a la exportación y también a la brecha cambiaria, el grano ha recuperado en los últimos meses poder de compra.
Si bien como dice el analista de granos Pablo Adreani no termina de ser un buen negocio que el precio de la soja suba por una menor cosecha, la revalorización del grano impulsa su valor transaccional. A tal punto que mejora su relación respecto a la maquinaria agrícola y los insumos.
Según un informe de mercado de la consultora fyo, la soja mejoró en el último mes su relación de compra con el fertilizante fosfato monoamónico en poco más de seis puntos porcentuales. “A pesar del incremento del precio del insumo, las subas de la soja se dieron en mayor medida, logrando reducir la relación”, sostiene el estudio.
En la actualidad el ratio se ubica en dos toneladas de soja por una del producto.
La misma tendencia se observa con la urea, el fertilizante que durante el año pasado terminó con importaciones récord. La baja en el valor del producto, luego del fuerte incremento durante 2021, y la suba en el precio de la oleaginosa favorecen la relación de compra del insumo.
“La mejora sustancial de precios, en el disponible y en la posición cosecha de soja mejoran las relaciones de compra de fertilizantes y glifosatos”, observan desde la consultora AZ Group.
En cuanto a la maquinaria agrícola, la relación también mejoró en el último año.
En febrero del año pasado, para la adquisición de un tractor de industria nacional se necesitaban 210,16 toneladas de soja (con un precio promedio de la unidad de $ 6,2 millones, un valor del grano -a mayo de 2021- de U$S 295 la tonelada y un dólar oficial a $ 100).
Por su parte, ahora, con un precio promedio de la unidad de $ 8,5 millones y un valor a cosecha en mayo de U$S 405, se requieren 190,79 toneladas: 9,2% menos que un año atrás. (fuente MAQUINAC)