La política y la producción se alinearon en un ciclo virtuoso en la región núcleo, aunque asoma una Niña que podría generar dolores de cabeza. Mientras la soja pierde área frente a las gramíneas y se consolida un modelo más sustentable en términos productivos, desde el sector público se lanzó esta semana una nueva herramienta de promoción para la actividad agropecuaria, con fuerte arraigo en Santa Fe, como el Programa Carnes Santafesinas 2030, que lleva adelante el gobierno provincial para estimular el agregado de valor y la adopción de innovaciones tecnológicas.
La iniciativa, presentada por el gobernador Omar Perotti busca incrementar la producción en forma sustentable para llegar a 300 mil terneros al año. El paquete incluye capacitación, inversión en infraestructura y financiamiento para productores y emprendedores relacionados con los sectores bovino, porcino, aviar, ovino y caprino.
Ese plan recoge la experiencia del programa Carnes Santafesinas 2000, que el propio mandatario impulsó cuando era ministro de Producción, y que logró en su momento conformar 70 grupos de productores que avanzaron en el aumento de la productividad. En este caso, la novedad es que se incorporan al esquema de apoyo también la producción porcina, aviar, ovina y caprina.
La soja perdió el reinado
Desde el sector agrícola, la campaña que arranca también trae buenas noticias por el ritmo que adquirió la siembra de trigo que está prácticamente finalizada y por el sostenimiento de un esquema de rotaciones que favorece la sustentabilidad del sistema. Aunque ya se vislumbraba en el ciclo anterior, este año los números muestran que la soja perdió la pulseada contra las gramíneas en el ciclo agrícola 2021/22. “En Argentina, la siembra de la oleaginosa caería 500.000 hectáreas, para ubicarse en 16,4 millones de hectáreas, lo que representa una reducción del área del 3% respecto a la campaña anterior”, indicó el último informe de GEA de la Bolsa de Rosario.
Como ya se adelantó en otras ediciones de este suplemento, este cambio de tendencia no implica un aumento de área, sino un avance de las gramíneas suben como trigo y maíz, en detrimento del área de soja. GEA precisó que el cereal fino ya suma 100.000 hectáreas más en este ciclo y el maíz, a 20 días de comenzar su siembra, pasa de un 5 a un 6% de crecimiento interanual.
“En siete años, la soja perdió casi el 20% de área de siembra, y pasó de más de 20,25 millones de hectáreas (en el período 2014/15) a las 16, 4 millones previstas para esta campaña.
Puntualmente en Santa se dejarían de sembrar más de 100.000 hectáreas de la oleaginosa y en Córdoba y en Buenos Aires la caída estaría en el orden de 200.000 ha. “Incluso con el horizonte climático de una Niña o un Neutro frío en el Pacífico, y un agosto que muestra por delante al menos 10 días más sin lluvias importantes, el productor la ha desplazado en su elección”, planteó el informe de GEA
Las principales razones son: márgenes actuales menores que el maíz, rindes que en los últimos dos ciclos consecutivos se han comportado peor que el cereal ante un escenario de falta de agua y el mayor peso impositivo con el que carga la oleaginosa.
De este modo, con una siembra estimada en 16,4 millones de hectáreas se proyecta una cosecha de 49 millones de toneladas.
El trigo avanza
En tanto, el trigo 2021/2022 pasó de una siembra de 6,8 millones de hectáreas en julio a 6,9 millones en agosto, un ajuste que se realiza mientras se terminan de sembrar los últimos lotes en Buenos Aires y se suman 70.000 hectáreas en la zona núcleo y 30.000 en Santiago del Estero y Chaco. “Hasta hace un mes se señalaba un horizonte productivo récord para Argentina de 20,5 millones de toneladas con 6,8 millones de hectáreas, pero con 100.00 hectáreas más, el horizonte debería ser de casi 21 millones de toneladas teniendo en cuenta pérdidas de área en torno a los 200.000 hectáreas y el rinde promedio nacional de los últimos 5 años: 31 qq/ha”, apuntó GEA.
Sin embargo, lo que parecía correr sin obstáculos, se tropezó con La Niña. El fenómeno climático aleja la normalidad prevista inicialmente y los problemas de falta agua podrían impactar en la producción y dejarla en 20,1 millones de toneladas.
De hecho, el trigo 2021 empezó muy bien tras las importantes lluvias que dejaron en gran parte de la región pampeana el otoño y en especial mayo. Pero de ahí en más las precipitaciones “decepcionaron”, explicaron los técnicos y no fueron como se proyectaban hasta hace dos meses atrás.
El año pasado la falta de agua era la más grave de los últimos 10 años y había en condiciones regulares a malas 2 millones de hectáreas de trigo. “Por delante hay 10 días más sin lluvias a la vista, y se encienden los temores de que se repita la historia del año pasado, la de tener una salida del invierno seca y una primavera que no cumpla con las lluvias promedios”, alertó GEA.
El cereal ya sintió el primer impacto negativo en Chaco, donde se dieron “heladas negras” en los trigos. “En este momento los primeros lotes de trigo quieren encañar pero la falta de agua y la fuerte helada dejó al 30% de los trigo, unas 42.000 hectáreas en condiciones regulares a malas”, indicó el informe y precisó que “en la zona hay problemas de pulgones y llama la atención la rara presencia de arañuela atacando trigo”.
En el centro norte santafesino “los trigales se encontraron en un 98% en estado bueno a muy bueno con lotes excelentes, un 2% bueno a regular, donde en situaciones muy puntuales se observaron los primeros síntomas, como leve cambio de coloración (amarillamiento), por disminución del contenido de agua útil en los suelos”, indicó el informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Santa Fe.
En tanto, el maíz se presenta como la estrella de la campaña gruesa. “A menos de un mes de la siembra, la tendencia se afirma: el maíz va por un 6% más de área y puede seguir creciendo”, indicó GEA. Los mejores márgenes son un motor y también las buenas sorpresas en rindes del ciclo pasado obtenidas tanto en siembras tempranas, tardías o incluso de segunda.
“Antes los maizales no superaban los 75 o los 8o qq/ha tras el trigo, pero en la última campaña los promedios han superado los 100 qq/ha en esa situación”, indicó GEA, aunque advirtió que hay preocupación por la falta de agua. “El temor de repetir una primavera como la del 2020 enciende la alerta en los productores”, aseguró.
De todas formas, hace un año atrás, con una situación mucho más compleja de sequía y una “Niña” que hacía temer lo peor para Argentina, la intención de siembra era la de bajar un 3% el área nacional, pero por trabajos satelitales y demás ajustes, la campaña 2020/21 mostró al final un aumento de área de un 5%.
De ese modo, la falta de agua ha dejado de ser un impedimento o un factor de peso para pasar hectareaje de maíz a soja. Por el contrario, la tendencia se dio vuelta y el maíz ofrece mayor seguridad de resultados ante un escenario adverso. Así, con una intención de siembra d e 7,83 millones de hectáreas _6,83 millones para el circuito comercial_ se espera una producción que rondaría los 55 millones de toneladas, es decir un 7% al anterior récord maicero.
En el centro norte santafesino aún continúa la recolección del maíz tardío del ciclo 2020/21, que esta semana se vieron ralentizadas, particularmente en el centro norte de los departamentos Castellanos, Las Colonias, La Capital, oeste del departamento San Cristóbal y departamento San Justo.
“La cosecha del maíz tardío hasta la fecha, se concretó en un 96% del total de la superficie sembrada, con un retraso de 4 interanuales”, indicó SEA y planteó que la inestabilidad restó ritmo al proceso de recolección. Los rendimientos promedios registraron estabilidad, con pequeñas variaciones alcistas y oscilaron entre mínimos de 58 a 65 qq /ha y máximos de 87 a 95 qq/ha, con lotes puntuales de 100 -105 – 110 qq/ha. (fuente AgroClave, diario La Capital)