Las cosechadoras en el mercado argentino están urgiendo medidas que impulsen el recambio y ayuden a reducir la obsolescencia.
La tasa de renovación que permita mantener la edad promedio del parque de máquinas debería ubicarse entre 1.300 y 1.500 unidades anuales.
En los últimos 10 años, las ventas en el mercado interno sólo se acercaron a esos parámetros en 2010, 2011 y 2017, según el relevamiento del INTA.
En las demás temporadas, la cantidad de cosechadoras comercializadas estuvo por debajo de las 1.000 unidades, acentuando el envejecimiento del parque.
Para 2019, las estimaciones entre las empresas que participan del negocio en Argentina apuntan a 800 máquinas vendidas, mientras el INDEC calculó 861. En 2018 fueron 789 unidades.
Pérdidas
El principal perjuicio en la continuidad del nivel de obsolescencia radica en los niveles de pérdidas que se generan ante una producción granaria que viene creciendo.
El INTA calcula que el parque actual de cosechadoras en Argentina asciende a 24.000 máquinas.
El envejecimiento sería de 10,5 años, pero a la edad promedio de la cosechadora se le deben añadir las más de 10.000 horas de uso que tiene encima.
En Argentina, la cosechadora se utiliza entre 900 y 1.300 horas promedio por año y los niveles de pérdidas de granos son de 141 Kg/ha en soja y de 206 Kg/ha, en maíz.
En las últimas temporadas, las pérdidas representaron una merma promedio de U$S 1.000 millones anuales para el negocio agrícola.
Financiamiento
El alto costo de las cosechadoras es un factor que torna acuciante la necesidad de lograr financiación accesible.
En ese sentido viene reclamando la Asociación de Fábricas y Distribuidores Argentinos de Tractores y otros equipamientos Agrícolas, Viales, Mineros, Industriales y Motores (AFAT).
“Creemos que resulta imperioso que se incremente la oferta financiera a productores y contratistas, y que su fondeo contemple la magnitud del mercado”, resalta Reynaldo Postacchini, titular de AFAT.
“Que sea una financiación genuina, de largo plazo, con trámites y requisitos simples y ágiles y que tome en cuenta las distintas necesidades de los demandantes”, agrega. (fuente MAQUINAC)