sábado, febrero 1, 2025
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Las lluvias de enero no alcanzaron a despejar el escenario de sequía

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Enero se despidió con lluvias. Las tormentas volvieron a la región en las últimas dos semanas, pero con acumulados muy dispares. Tan es así, que el mapa de lluvias realizado con las 36 estaciones de la red GEA/BCR, no logra ser tan representativo como lo suele ser. De todas formas, puede apreciarse que, salvo algunos focos de lluvias en el Departamento General López y en el extremo noroeste (donde las lluvias superaron holgadamente los 60 mm), se recibieron entre 30% y 40% de la media mensual de enero, que está entre 120 y 130 mm. Así, termina enero con la condición de sequía en el 43% de la región, con escasez en el 50% y con reservas regulares a adecuadas en solo un 7% de la zona.

Entre la vida y la muerte

“Donde llovió la soja de primera sigue en carrera, donde no, peligra la supervivencia del cultivo”, sentenciaron Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo, de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Si bien en la última semana mejoraron los lotes, se mantienen los cuadros regulares a malos en el 50% de la región. Un 60% de la soja se encuentra fructificando (entre R3 y R4) y un 5% comenzando el llenado de granos (R5). El resto está en floración (entre R1 y R2).

En Tortugas y los alrededores de Rosario, la falta de lluvias en los próximos días podría tener consecuencias irreversibles. En Pergamino, el cultivo aún mantiene su capacidad de compensación, pero no hay agua en el suelo para el llenado de granos. “Algunas localidades acumularon solo 20 mm entre diciembre y enero, volviendo imposible la recuperación sin lluvias inmediatas”, advierten los ingenieros agrónomos de la región. En Junín, se estiman rindes de entre 32 y 38 qq/ha, pero hay muchos cuadros que perdieron demasiados nudos debido al estrés hídrico. En Teodelina, es imprescindible que llueva la próxima semana para sostener 35 a 40 qq/ha. En Carlos Pellegrini, la soja retomó su desarrollo, pero necesita 40 mm en los próximos 10 días. Las lluvias trajeron un fuerte alivio en Bigand. En Bombal, la soja presenta un muy buen estado, sin hojas amarillas ni signos de deterioro. “Pero la continuidad de las lluvias será clave”, coinciden en señalar los técnicos.

En soja de segunda hay margen para recuperarse, pero también hay muerte de plantas y crecimiento atrasado. Mientras que en algunas áreas aún hay margen para recuperar potencial de rendimiento con lluvias oportunas, en otras la situación ya parece irreversible. La uniformidad y la continuidad de las precipitaciones en las próximas semanas serán determinantes para definir el resultado de la campaña.

Daño intenso

El Indice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) en la región núcleo según imágenes del satélite Sentinel-2 para finales de enero de las últimas tres campañas gruesas .El NDVI identifica las áreas que han experimentado un crecimiento vegetal más vigoroso o más débil, por lo que detecta el impacto de condiciones climáticas adversas, como sequías, entre otros factores. En la comparación puede notarse cómo la falta de agua en el 2023 era más extensa, alcanzando sobre todo al oeste del norte de Bs As y a buena parte del centro sur de Santa Fe, mientras que en 2025 se ve que la zona más afectada abarca al norte bonaerense, pero se ve un nivel de daño comparable al del 2023. Para 2024 se debe tener en cuenta que en la segunda quincena de enero faltaron las lluvias; igualmente el contraste de condiciones es evidente.

La brecha maicera

En el norte bonaerense las caídas en el potencial de rinde superarían el 50% con promedios de 50 a 65 qq/ha. Es altamente posible que haya lotes con pérdidas totales en los escenarios más críticos de la zona. En el centro-sur de Santa Fe y el sureste cordobés se proyectan los mejores rindes, con promedios que podrían rondar los 100 qq/ha. En el sur santafesino, la proyección cae a 90 qq/ha.

El maíz temprano va terminando su ciclo en la región núcleo y los especialistas advierten sobre el adelantamiento de la cosecha, sobre todo en las áreas más golpeadas, como es el caso de Pergamino. Es importante recordar que en esta campaña hubo dos tandas de fechas de siembra muy marcadas: las siembras que se pudieron hacer gracias a las lluvias de Santa Rosa (finales de agosto). La otra tanda se sembró cuando volvieron las lluvias a partir de la 2da quinceana de octubre. El adelantamiento tiene que ver con la primera tanda, que en general sorteó mejor la falta de agua y tendrá rendimientos mucho mayores. De todas maneras esta tanda fue afectada en el llenado, por lo que el adelantamiento del ciclo por el estrés termohídrico se reflejará con labores que se adelantarán incluso a la 2da quincena de febrero, para ir tomando fuerza a partir de marzo. (fuente AgroClave)

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