Las lluvias permitieron el avance del último tramo de la siembra de soja 2022/23, que de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) finalizó en 16,2 millones de hectáreas. Más allá de este impulso, la oleaginosa enfrenta un escenario con números en baja.
De acuerdo a la entidad, esta superficie -que cayó en 100.000 hectáreas respecto a la campaña anterior- representa la menor área sembrada desde el ciclo 2006/2007, cuando se implantaron 16,1 millones de hectáreas.
“Las altas temperaturas junto a la ausencia de humedad durante los meses de diciembre y la primera mitad del mes de enero, mientras los cuadros más adelantados se encontraban iniciando su periodo crítico, reducen las expectativas de rendimiento”, advirtieron.
En relación a octubre del año pasado, cuando la BCBA presentó sus estimaciones de campaña gruesa, los números no pararon de caer. De las 16,7 millones de hectáreas y las 48 millones de toneladas que se proyectaron en esa fecha, en la actualidad se esperan 16,2 millones/ha y 41 millones/t, respectivamente.
El alcance de las lluvias
En su último informe, la bolsa porteña relevó un 32,4 % del área de soja de primera transitando estadios críticos para la definición de los rendimientos. Las regiones más afectadas son el norte de la zona núcleo, norte de La Pampa, oeste bonaerense y sur de Córdoba.
A pesar de las lluvias de las últimas dos semanas, se reportaron recortes en los rindes de hasta 30% en sojas tempranas del norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y centro-este de Entre Ríos. En paralelo, las precipitaciones pusieron un freno al deterioro de cuadros de soja de segunda sobre el centro del área agrícola.
Pero las altas temperaturas afectaron a esta soja, que registra un 56,1% del área sembrada en condición mala/regular, sobre todo en el centro-este entrerriano. “Nuevas precipitaciones serán necesarias para evitar pérdidas adicionales a las ya esperadas”, concluyeron. (fuente Infocampo)