La Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid realiza de forma bienal un informe que refleja el avance de nuevas malezas en el territorio nacional. El mapeo de 2021 cuenta con más de 29 millones de hectáreas relevadas en 203 partidos y departamentos, junto con el apoyo de 350 referentes y especialistas.
En sintonía con los informes precedentes, los datos revelaron un claro avance de malezas que adquirieron resistencia a diversos fitosanitarios. Actualmente el mapeo arroja un total de 27 especies, de las cuales 22 refieren a resistencias y 5 a tolerancias. Distinguidos por modos de acción, 11 corresponden a resistencias a glifosato, 4 a graminicidas, 4 a ALS, 1 a hormonales y 2 a resistencias múltiples. “En cuanto a la clasificación, de las malezas resistentes relevadas, 8 pertenecen al grupo de las gramíneas y 5 a las latifoliadas”, dijeron desde Aapresid.
Respecto al porcentaje de superficie afectada, el estudio arrojó que trazando un paralelo con el mapeo del año 2019, se registraron resistencias en 449 nuevos departamentos o partidos.
Eugenia Niccia, responsable del programa REM, destacó que “este aumento en el número de malezas trae una complejización en el manejo del sistema para el productor, ya que ingresan nuevas resistencias en sus lotes, muchas de las cuales requieren más de un modo de acción”.
Al referirse al impacto económico que significa el crecimiento sostenido de las resistencias, explicó que “esto se traduce, por un lado, en un incremento en los costos al momento de replantear de las estrategias de manejo; y por otro, impacta también en la competencia con el cultivo, mermando su rendimiento y en consecuencia disminuyendo los ingresos”.
Estas consecuencias económicas varían según la zona, ya sea por el tipo de malezas presentes en cada caso y la situación macroeconómica específica, lo cual requiere de un análisis complejo a largo plazo.
El biotipo con mayor crecimiento geográfico es la Conyza sp. RG (resistente a glifosato), conocida comúnmente como rama negra. Esta no solo fue registrada en más de 400 nuevas localidades en el país, sino que actualmente ya ocupa casi 25 millones de hectáreas, el mayor porcentaje de área afectada promedio. La otra variante de Conyza, la cual posee la característica de ser resistente a ALS (RALS), alcanza apenas las 267 mil hectáreas pero con una dispersión en aumento.
El Yuyo Colorado RG (Amaranthus spp.) secunda en el ranking de malezas resistentes con un poco más de 24 millones de hectáreas de superficie afectada, que aumentó un 15% con respecto al mapeo del año 2019.
Luego se encuentran las gramíneas Eleusine RG (pata de ganso o gallina) con 11 millones, Echinocloa colona RG con 10 millones, las Chlorideas con 9 millones y el Sorghum halepense RG con 8 millones. Un escalón más abajo aparece el Lolium sp. RG con 5 millones. Y octavo en el ranking, con un gran aumento, se ubican los Nabos RG con 1,5 millón de hectáreas de superficie total.
En relación al área afectada, desde la REM explicaron que “la problemática se complejiza porque entre las 10 malezas de mayor crecimiento están los biotipos resistentes a otros herbicidas diferentes al glifosato”, lo que se traduce en un despliegue mayor para el productor a la hora de adquirir herbicidas, debido que las dosis del producto más utilizado en el país son inútiles ante la quimiorresistencia generada por las distintas especies de plagas.
La resistencia que generan las malezas es un problema constante para el productor agropecuario, sin embargo estas épocas de altas temperaturas y bajas precipitaciones, “desfavorecen el desarrollo del cultivo haciéndolo menos competitivo frente a las malezas, pero también retrasan la emergencia y desarrollo de la mayoría de éstas”, destaca la responsable del programa REM, lo que le da margen al productor de trazar una estrategia en base a los posibles avances de resistencias. Y en zonas donde aún no las hay, permite que los productores y asesores puedan tomar acciones preventivas lo antes posible, y así evitar el ingreso de la problemática.
“El mapeo de malezas difíciles demuestra que el problema, lejos de retraerse, sigue en aumento y que es necesario continuar en el proceso de integración de herramientas para el control de malezas que permitan retrasar la aparición de nuevas resistencias y aminorar el avance de las ya existentes. Un manejo eficiente de la problemática puede ayudarnos a evitar futuros dolores de cabeza”, concluyó Aapresid. (fuente AgroClave, diario La Capital)