Las resistencias sanitarias presionan cada vez más a la agricultura argentina

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La Red de Manejo de Plagas (REM), de Aapresidretoma nuevamente la problemática de la resistencias sanitarias en la Argentina y adelanta que, además de ser el principal problema a superar, el abordaje debe transversal porque este tema ya no es exclusivo de las malezas, también abarca a los insectos y las enfermedades.

ENFERMEDADES

En Argentina, según documenta Aapresid, ya existen casos comprobados de resistencias de enfermedades a fungicidas y otros continúan bajo estudio.
 Para el caso del trigo, Marcelo Carmona y Francisco Sautua, fitopatólogos de FAUBA, confirmaron el primer reporte en América del Sur de la resistencia de Drechslera tritici-repentis (mancha amarilla) a estrobilurinas. También encontraron, en soja, sobre 500 muestras provenientes de gran parte del país, que el 100% de las poblaciones de Cercospora spp. eran resistentes a estrobirulinas.
 Por otro lado, el equipo liderado por Ignacio Erreguerena, de INTA Manfredi, confirmó -también por primera vez en Latinoamérica-, la presencia de poblaciones de “Ramularia collo cygni”, patógeno responsable del salpicado necrótico de la cebada, resistentes a estrobirulinas.

INSECTOS

En el caso de los insectos, las resistencias aparecen sobre eventos genéticos que portan los cultivos.

En el caso de maíz, se confirmó la resistencia de Spodoptera frugiperda (gusano cogollero) a la proteína Cry1Ab y se observa una reducción en la eficacia de control en Cry1A105 y Cry2Ab.

Por otro lado, la problemática es creciente en la soja Bt. Esta también tiene proteínas insecticidas del tipo Cry y en las últimas campañas se detectaron fallas de control para las especies Rachuplusia nu (medidora) y Chrysodeixis includens (falsa medidora).

También en algodón, en donde también hay eventos Bt del tipo Cry1Ac, se observaron fallas de control a campo en Pectinophora gossypiella (gusano rosado).

MALEZAS

Con la última incorporación, Digitaria sanguinalis resistente a glifosato, la lista de malezas resistentes sigue extendiéndose año a año. Actualmente existen 42 biotipos con resistencias, tanto simples como múltiples (a más de un principio activo), dice la REM.

Por año, agregan, aparecen en promedio cuatro nuevas resistencias. Si bien este número es alarmante, hay un hecho aún más preocupante, y son las multirresistencias a varios ingredientes activos en la misma maleza.

Las gramíneas presentan la mayor cantidad de biotipos resistentes, en comparación con las latifoliadas, aunque Conyza spp. (rama negra) es la maleza más problemática por el momento.

Asimismo, el glifosato es el que mayores casos de resistencias y tolerancias presenta, seguido por los graminicidas, ALS y hormonales.

Dentro de las estrategias que permiten reducir los riesgos de resistencia está bajar la cantidad de principios activos utilizados.
La Chacra Pergamino, de Aapresid, demostró que por medio de la intensificación con dobles cultivos, cultivos de servicios y pasturas se puede reducir el número de aplicaciones en un 50%.
Por otro lado, las aplicaciones dirigidas permiten ahorros de producto de hasta un 70%, reduciendo el EIQ (Coeficiente de Impacto Ambiental) de 40 a 12. También puede reducirse la dosis utilizada, con el uso de nuevas formulaciones, aplicaciones de calidad y ajustes en el “timming” de los controles, es decir, sobre malezas de menor tamaño.
Por otro lado, es fundamental la elección de principios activos de menor impacto ambiental, Marzetti ejemplificó que usar glufosinato en lugar de paraquat significa bajar el EIQ en un 50%, de 12 a 6. (fuente Infocampo)