La industria frigorífica reconoció que si bien es una buena noticia que el Gobierno haya finalizado las restricciones a las exportaciones, existe preocupación por el incremento en las retenciones al comercio exterior que se está debatiendo en el Congreso, en el marco del proyecto de Ley Ómnibus.
Daniel Urcía, vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), destacó el fin de la prohibición a la exportación de siete cortes de vaca, puesta en marcha por el ex presidente Alberto Fernández.
“La medida que no impidió en ningún momento el aumento de precios internos como lo vimos claramente en agosto y diciembre”, sostuvo el directivo.
Y agregó: “Fue una medida ineficiente que causó perjuicios al sector privado como el incumplimiento de contratos durante su vigencia y mayores costos en la integración del negocio”.
En este punto, reconocieron que la reforma incluida para la cadena de valor vacuna en la “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, representa el puntapié inicial para mejorar el estándar sanitario de la actividad, un reclamo de larga data del sector.
La dinámica de precios
Urcía explicó que tras la asunción de Javier Milei como presidente y las nuevas reglas de juego, quedó demostrado que el mercado es el mejor regulador de precios.
“Ante un aumento inusitado de las cotizaciones de la hacienda en la segunda semana de diciembre, la no convalidación por parte de los consumidores retrotrajo los valores a los niveles previos, actualmente vigentes”, señaló. El directivo estimó que en las carnicerías se registró un proceso similar, aunque a un ritmo más lento.
“El esfuerzo que lleva sincerar los precios de la economía, atrasados intencionalmente por el gobierno anterior, genera los inconvenientes actuales al soportar aumentos siderales como los de combustibles que impactan directamente en los costos de logística y distribución de la carne”, advirtió el vicepresidente de Fifra.
En este contexto, remarcó que también deberá tenerse en cuenta la evolución de los costos laborales. Con respecto a esta cuestión, argumentó que si bien la última recomposición paritaria es justa, los cálculos de la industria anticipan que este año la actividad industrial caerá un 10% con respecto a 2023.
“Estos aspectos son ajenos al trabajador, pero limitan la capacidad de los empleadores y por ende será imperioso el acompañamiento de los organismos de fiscalización del Estado para ayudar a los operadores formales”, consideró.
Efecto negativo de las retenciones
El proyecto de ley que el oficialismo envió al Congreso establece un incremento en los derechos de exportaciión, que en el caso de las carnes pasarían del actual 9% al 15%.
En este sentido, el directivo reconoció que “sería muy positivo que se establezca una quita progresiva de los derechos de exportación para la carne vacuna, que sería una señal muy clara de estímulo al incremento de la producción e incluso de la industria que vería mejoras en la competitividad exportadora”.
Para los industriales, la suba en las retenciones se reflejaría en una quita de los incentivos para aumentar los índices productivos, menor disponibiidad de carne para el mercado interno y la exportación y oportunidades de negocios perdidas. (fuente Infocampo)