Investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania examinaron líneas masculinas de raza Holstein y descubrieron que más del 99% de ellas se remontan a uno o dos toros, ambos nacidos en la década de 1960. Esto supone que entre todos los Holsteins masculinos en Estados Unidos, solo hay dos cromosomas Y.
“Lo que hicimos durante este tiempo es reducir la variabilidad genética“, aseguró Chad Dechow, especialista en genética vacuna.
Los resultados en hembras no fueron mejores. De hecho, Dechow y otros investigadores sostienen que hay tanta similitud genética entre ellos que el tamaño efectivo de la población es inferior a 50.
Es decir, si los Holsteins fueran animales salvajes, eso los pondría en la categoría de peligro de extinción.
“Es prácticamente una gran familia endogámica“, expresó Leslie B. Hansen, experta en Holstein y profesora de la Universidad de Minnesota.
Las tasas de fertilidad se ven afectadas por la endogamia, y ya, la fertilidad de Holstein disminuyó significativamente.
“Las tasas de embarazo en la década de 1960 fueron del 35 al 40 por ciento, pero para el año 2000 habían caído al 24 por ciento. Además, cuando se crían parientes cercanos, es más probable que las vacas obtengan dos copias de genes recesivos no deseados, donde podrían estar al acecho problemas de salud graves”, aseguraron.
A su vez, el documento denunció que Select Sires es una de las pocas compañías en los Estados Unidos que vende semen de toros para inseminar artificialmente vacas lecheras.
Los productores de leche pueden ir a este catálogo online y elegir un toro, y la compañía enviará dosis de semen para inseminar a sus vacas. Así puede haber toros que tengan 250.000 descendientes.
Se escogen siempre los mismos toros porque éstos se seleccionan en función de la cantidad de leche que produjo su descendencia.
“Esto no significa que los toros en el catálogo sean genéticamente idénticos. Todavía tenían muchas madres diferentes, así como abuelas. Pero sí muestra que este sistema de inseminación artificial a gran escala, con productores que eligen repetidamente toros de alta calificación, hizo que las vacas sean genéticamente más similares“, aseguraron desde la universidad.
Tradicionalmente, a los productores lecheros no les gustaban las vacas con exceso de grasa corporal. Pensaban que la vaca ideal era flaca, porque estaba convirtiendo todo su alimento en leche, no en grasa. Entonces los productores eligieron toros que tendían a producir ese tipo de descendencia.
Dechow cree que el semen congelado de esos toros olvidados desde hace mucho tiempo puede traer de vuelta genes valiosos que desaparecieron, como por ejemplo, genes que permitirían a las vacas prosperar en temperaturas más cálidas.