Aquellos establecimientos que apostaron a que las primeras precipitaciones durante la primavera permitirían sostener al cultivo de maíz, ahora, se están lamentando. En este sentido, una vez que transcurra la severa sequía y La Niña, la actual campaña dejará un gran aprendizaje técnico.
La Bolsa de Comercio rosarina ya alertó, en su último informe de la Guía Estratégica para el Agro, que el 80% del maíz sembrado en fecha temprana ya está perdido.
“Ya hemos tomado la decisión de picar algunos lotes. Otros, de no llover lo suficiente en estos días, podrían alcanzar entre 10 a 30 quintales por hectárea. Con estos rindes, son cuadros que también consideramos como perdidos. Solo el 20% restante podría alcanzar los 40 a 60 quintales”, explican algunos asesores a la entidad de Rosario, desde el sur de Santa Fe.
Justamente, en este momento del año, los maíces tempranos están atravesando pleno período crítico en un escenario de sequía grave en toda región núcleo.
Hacia el noroeste bonaerense, donde recibieron algunos milímetros extra, la condición general del cultivo es muy delicada y requieren entre 20 a 30 milímetros para que los cultivos se sostengan, aunque el potencial de rendimiento ya está afectado. Si lloviese, igualmente, se estiman entre 60 a 70 quintales por hectárea, explican los asesores.
Maíz tardío
Bajo este escenario crítico y muy poco alentador, desde el análisis de la Bolsa, subrayan que hay 550.000 hectáreas de maíz tardío que todavía restan por sembrarse, una superficie demasiado grande.
En una semana, el avance de siembra en región núcleo fue de tan solo un 3%. Aún restan por implantar el 42% intencionado del cereal.
El centro-sur santafecino es sector que acusa el mayor retraso con solo un 10% de avance. El extremo sur santafecino y el noreste bonaerense tienen la mitad de la superficie sembrada. Mientras que el noroeste bonaerense ya ha podido terminar con la labor y el sudeste cordobés le pisa los talones con un 70% implantado. (fuente Infocampo)