De acuerdo a un relevamiento de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), en la campaña 2021/22 entre el 85% y 95% de los socios de la entidad usaron herbicidas preemergentes para el manejo de malezas en los cultivos de gruesa. En cultivos de invierno, su empleo se ubicó sobre el 70%.
“La mayor persistencia de este tipo de herbicidas es una cualidad buscada para asegurar una mayor ventana de protección contra las malezas. Sin embargo, esta permanencia puede ser a veces ser un arma de doble filo, haciendo que los activos persistan en el suelo en concentraciones que resultan fitotóxicas y perjudiciales para el cultivo siguiente”, explicaron.
En un trabajo conjunto entre la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM), la Universidad Nacional de Mar del Plata y el INTA Balcarce se analizaron las características y el comportamiento de los herbicidas. Para los herbicidas residuales, señalaron que los mayores riesgos de carryover, se asocian en el caso de aplicaciones en suelos con baja humedad y bajo contenido de materia orgánica.
Acumulación de herbicidas
Debido a que la aplicación en secuencia de herbicidas residuales es una estrategia de uso frecuente, desde Aapresid remarcaron que ha cobrado relevancia la potencial acumulación o apilamiento de herbicidas en el suelo.
“Este apilamiento puede incrementar paulatinamente los problemas de persistencia de los herbicidas utilizados, resultando en situaciones de acumulación de residuos herbicidas en el suelo”, advirtieron.
Un dato a tener en cuenta, de acuerdo al trabajo, es que las sequías o períodos con déficit hídrico en el suelo pueden conducir a la acumulación de residuos de herbicidas. (fuente Infocampo)