Malezas perennes y gramíneas anuales, un combo difícil de manejar

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La problemática de  sigue sin dar tregua en el centro y norte de Córdoba. Según el último relevamiento de la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (), la suma individual de la cobertura de malezas complicadas asciende a 5.600.000 de hectáreas en la zona. Pero las luces de alarma se encienden cuando se desglosa esa cifra: más del 30% de esa superficie (1.591.000 hectáreas) presenta malezas perennes y otro 30% posee gramíneas anuales (1.535.000 hectáreas). “Esto quiere decir que tenemos malezas perennes, gramíneas anuales y de hoja ancha, todo dentro de un mismo lote”, alertó Luis Lanfranconi.

El especialista y técnico del INTA Río Primero fue el principal orador de la jornada “Recalculando el manejo de malezas”, organizada por RAVIT. Allí advirtió sobre el gran desafío agronómico que implica este nuevo avance de las malezas y llamó a romper con el status quo. “Tenemos que planificar algo distinto para no seguir invirtiendo plata solo para zafar y cosechar el cultivo este año”, remarcó.

En su opinión, las soluciones químicas no alcanzan para contener el problema: “Debemos sumar conocimiento y experiencias técnicas de manejo para pasar de una tecnología de insumos a una de procesos”. Trabajar con cultivares de mayor competitividad que rápidamente puedan cubrir los surcos, una eficiente fertilización que apoye ese desarrollo inicial agresivo y realizar ajustes en la densidad y fecha de siembra, son algunas de las prácticas enumeradas por Lanfranconi que ya han comprobado su éxito en el manejo de malezas.

A su vez, el experto alertó sobre otro número revelado por RAVIT: la presencia de repasos en hasta el 30% de la superficie de gramíneas. “La mayoría de las veces se hacen aplicaciones posemergentes de graminicidas y esto significa una presión de selección altísima. Tenemos que hallar estrategias para poder hacer un control eficiente en premeergencia”, sentenció.

En tanto, al tope de las preocupaciones de los productores sigue figurando el Yuyo Colorado, acompañado de Rama negra y Sorgo de Alepo. Según el informe de RAVIT, le siguen con presencia media y dificultad de control, Eleusine y otras dos malezas perennes: Commelina Erecta y Borreria. Por último, en menor medida pero muy arduas de combatir, aparecen otras dos malezas perennes: Pappophorum y Gomphrena.

PELIGRO, CARRY OVER

A todo este escenario, Lanfranconi sumó el agravante provocado por el evento Niña y la falta de lluvias. “En nuestra zona estamos con escasísimas precipitaciones desde el mes de abril y esto sin dudas va a traer consecuencias. Y en lo primero que tenemos que pensar es en el carry over de ”, adelantó.
En ese sentido, la recomendación pasó en primer lugar por el solapamiento de herbicidas. “En los últimos cinco años hemos tenido excelentes experiencias con este tipo de tratamientos. Cuando el banco de semillas es importante, la mejor opción es posicionar herbicidas en el barbecho cortoen la premergencia y en la posemergencia temprana, siempre con mezclas y distintos mecanismos de acción. De esta manera, mejoramos entre 10% y 15% los niveles de control de los premergentes”, aseguró.

Por otro lado, también el achicamiento de la distancia entre hileras puede resultar una práctica efectiva. “Deberíamos poder trabajar a 35 cm o incluso bajar a 26 cm, sobre todo en la  que se siembra en diciembre”, acotó. El agregado de coadyudantes y optar por variedades altamente competitivas también son prácticas prometedoras: “La velocidad del crecimiento inicial es muy importante para atajar la problemática”. Por último, hay que seleccionar el momento indicado para las aplicaciones. “Deberíamos tratar de evitar ese trabajo entre las 11 y las 17 horas, porque es el lapso donde más exigido está el ambiente para la aplicación de herbicidas”, concluyó.

SOLUCIONES PARA TIEMPOS DE ESCASEZ HÍDRICA

“Los flujos de nacimiento de las malezas van a estar condicionados este año por el bajo caudal de precipitaciones”, agregó Alejandro Piñeiro, gerente de herbicidas de , al mostrar la paleta de soluciones que la compañía ofrece para el control de malezas. Ante este panorama de sequía, el ejecutivo recomendó el uso de Dinamic en maíz, un herbicida residual preemergente que se caracteriza por su capacidad para activarse aún con bajos niveles de humedad en el suelo.

En tanto, Blazer y Lifeline son los otros dos productos de UPL que no presentan riesgos de carry over. “Son dos herbicidas que dan mucha seguridad sobre los cultivos del año siguiente”, reafirmó Piñeiro. El primero es el producto con menor escala de fitotoxicidad para aplicaciones postemergentes en soja y está muy bien posicionado para el control de Yuyo Colorado. En tanto, Lifeline es un herbicida de contacto con un modo de acción totalmente diferencial que permite aplicarlo en maíces resistentes a glufosinato de amonio. “Además, posee muy buena performance sobre malezas de hoja ancha y gramíneas resistentes”, aclaró.

¿CÓMO SEGUIMOS?

“Estamos cerca de cerrar un acuerdo con el INTA y la Universidad Católica de Córdoba para trabajar sobre el estrés de los cultivos”, adelantó Esteban Tronfi, CEO de RAVIT, al delinear los próximos pasos de la iniciativa que con el apoyo de UPL viene llevando a cabo desde hace tres campañas en el centro y norte de Córdoba. “El futuro va en línea con la problemática de sequía que atraviesa actualmente todo el  argentino. En primer lugar por el cambio climático y el agotamiento de los suelos, pero también por el nivel creciente de exigencia en los ambientes y por los mayores niveles de rindes que se requieren”, explicó. Por eso, con el apoyo de UPL, el proyecto se orientará no solo a las herramientas de manejo que ayudan a la recuperación de los cultivos, sino también a explicar la dinámica en la recuperación del estrés.

El líder del innovador proyecto a partir del cual se analizan 120 variables agronómicas en 200 sitios ubicados en más de 2 millones de hectáreas también recordó que cerraron un acuerdo con la empresa brasileña de inteligencia artificial SpaceTime Labs para poder abordar la innumerable cantidad de datos agrícolas que hoy están disponibles. “Hay tres grandes fuentes de información que estamos explorando: sensores desde el espacio, desde la tierra y desde el lote. Debemos tener en cuenta que hoy todos los equipos que pisan un lote hacen un gran aporte. Solo una cosechadora moderna arroja más de 13.000 datos por hectárea”. (fuente Infocampo)