En el plano del mercado local, lo que tenemos es que comenzó a moverse con más fuerza el mercado de exportación de trigo argentino.
El mercado externo sigue operando en un rango, habiendo despejado la gran duda climática que resultaba el cierre del período reproductivo del maíz y la soja de la Argentina. Con las lluvias que se han dado en los últimos 15 días esto está ya superado, aunque podríamos discutir «cuánto costó en términos de rindes potenciales. No obstante falta cosechar el maíz y la soja en Sudamérica, y allí el clima todavía nos puede jugar alguna mala pasada. De hecho está lloviendo mucho.
De todas formas vamos a ir presenciando un corrimiento del foco nuevamente a EE.UU., pensando en la intención de siembra. El 24 y el 25 de febrero se realizará el Agricultural Outlook Forum, donde se plantearán entre otras cuestiones, las perspectivas de oferta y demanda para el nuevo ciclo 2016/17, y se habla de un aumento de área de maíz a expensas de trigo y posiblemente soja.
Luego veremos qué pasa con las proyecciones de demanda sobre EE.UU. a medida que avanza el ciclo comercial. Al respecto, las exportaciones de EE.UU. marchan más rápidas de lo normal, pero el dato de molienda en enero mostró una pobre performance.
PENSANDO EN LA ARGENTINA
Finalmente, pensando en la Argentina, con el cambio de precios relativos, es muy probable que se corrija la «sojización» que vimos en los últimos años. Podríamos ver una fuerte caída de soja, con recomposición de maíz, y menor medida otros cultivos, como trigo, sorgo, girasol y cebada en ese orden. Esto resultaría bajista para maíz y alcista para soja.
En el plano del mercado local, lo que tenemos es que comenzó a moverse con más fuerza el mercado de exportación de trigo argentino. Entre miércoles y jueves se autorizaron para exportación más de 1 millón de toneladas, cuando el acumulado hasta aquí no alcanzaba las 2,5 millones de toneladas.
Recordemos que el mercado de trigo viene operando con debilidad a pesar de la quita de derechos de exportación y la eliminación de las trabas para exportar que suponían los ROE verde. Por ello llamó la atención que el mercado no se despertara. Sucedió que los exportadores llegaron muy comprados en trigo. Primeramente vendieron para cubrir esas compras, y recién en las últimas tres semanas comenzaron a tener una posición más neutral en el mercado. Es llamativo que a partir de allí los precios detuvieran su tendencia negativa.
Sin embargo, las colocaciones pasaron primariamente por países fuera del Mercosur, en África del Norte, Asia e incluso EE.UU. Para entrar en esos mercados hubo que competir por precio. Sin embargo, el principal comprador del trigo argentino es Brasil, y sabemos que este país compra poco en los primeros meses del año, ya que usa su propia producción, mientras que de marzo en adelante comienza a aparecer y lo suele hacer con fuerza en mayo.
Este año no sería la excepción, Brasil debería venir a buscar trigo argentino en poco tiempo más. Con valores FOB que sumando otros costos generan un precio puesto en Brasil para el trigo argentino u$s 50 por tonelada más barato que el norteamericano, podríamos subir el precio u$s 30 por tonelada y seguir siendo competitivos.
Desde el punto de vista de los exportadores, con operaciones que sólo podían pautarse a 45 días, el inconveniente era que las fechas para las que se necesitaba el cereal eran posteriores a ese vencimiento. De allí que la decisión de extender ese plazo hasta 90 días, permitiendo así que el período de embarque llegue a gran parte del mes clave de mayo, está generando más movimiento.
Sin embargo, por ahora los precios no muestran subas, por lo que si hay una posición neta vendida, no debe ser por lo pronto muy importante. Sin embargo, si seguimos vendiendo a estos precios, podría haber por delante un mercado de trigo más interesante.