Precio de la harina de soja cayó 23% en un año

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Ahora cotiza alrededor de los U$S 300 por tonelada y en enero de 2015 valía U$S 385, recuerda la Bolsa rosarina. Es el principal producto que vende globalmente nuestro país.

 

La caída en el precio de los granos le pegó fuerte a la harina de soja. En enero del año pasado, una tonelada de este producto se exportaba a 385 dólares por tonelada y en este momento apenas supera los 300 dólares en el Mercado de Chicago en Estados Unidos. Es una caída del 23% en doce meses, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

La harina de soja, que sobre todo se utiliza para alimentar animales y peces, es el principal producto que vende globalmente el país. “Las exportaciones nacionales en el 2014, por ejemplo, alcanzaron los 71.935 millones de dólares, en tanto que las ventas de harina de soja al exterior representaron aproximadamente 12.577 millones de dólares, un 17,4% del total”, precisa un informe que elaboraron Julio Calzada y Guillermo Rossi, de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa rosarina.

Si la comparación se hace con el pico histórico del producto, que superó los 600 dólares por tonelada en agosto de 2012, el retroceso es del 100%. En ese momento, la harina de soja valía exactamente el doble que ahora, pero al analizar la última década se descubre que el precio actual en realidad es muy superior al piso, que se alcanzó en septiembre de 2006, con un valor de 172 dólares por tonelada, un 76% menos que el precio actual.

Al analizar las cotizaciones de este producto durante los últimos 40 años, la Bolsa rosarina asegura que hay una tendencia ascendente, por el crecimiento de su demanda para la alimentación de animales, sobre todo en los países del sudeste asiático, con eje en China. Pero en este escenario también influyó la inflación internacional sobre los precios de los commodities.

En los últimos meses, el principal factor que erosionó el valor de la harina de soja es el alto stock global del producto, por las cosechas récord en Estados Unidos, Brasil y la Argentina.

De hecho, la proyección para la campaña 2015/16 es que se producirán 215 millones de toneladas, una cifra que es un 20% más alta que el volumen que se procesó en el ciclo 2011/2012, cuando se obtuvieron 179,88 millones de toneladas.

“Los números son muy holgados para este producto en los últimos años; lo cual justifica de alguna forma la tendencia bajista que hemos visto en los precios de la harina en los últimos años”, explican Calzada y Rossi.

En Estados Unidos también influye la débil demanda de los productores porcinos y avícolas y que el mercado forrajero está bien abastecido, ante la gran disponibilidad de productos alternativos, como los residuos secos de destilería de maíz (DDGs). La buena producción de cereales como sorgo y cebada en la última campaña también contribuye a generar una holgada oferta forrajera.

“A esto se le suma que en Estados Unidos el invierno no ha sido demasiado riguroso, lo que atenúa el crecimiento de la demanda para alimentación, ya que los requerimientos energéticos de los animales han sido menores que en otros años”, indica el informe.

En el mercado de exportación de Estados Unidos también se observa una importante retracción este año: desde octubre, los farmers embarcaron 2,9 millones de toneladas frente a 3,4 millones de toneladas que habían exportado durante el mismo período de la campaña 2014/15.

A lo largo del 2015, además, la evolución de los precios de la harina frente al poroto ha ido variando. Durante gran parte del primer trimestre, el subproducto cotizó por encima del grano, y esta diferencia tendió a fortalecerse en las semanas previas al comienzo de la cosecha norteamericana.

Pero en los últimos meses, en cambio, esta relación se debilitó y hoy la harina tiene un precio casi 10% menor al de la soja. “En la determinación del precio a nivel de la industria, la harina pasó de tener una preponderancia del 83% a principios del 2015 a sólo 72% en la actualidad. Esto implica que el aceite ha ganado relevancia en la formación del precio, a expensas de la harina”, concluye la Bolsa rosarina.