En las liquidaciones de septiembre la mayor parte de los tamberos de las diferentes cuencas argentinas volvieron a registrar nuevas bajas de precios (con valores piso del orden de 2,40 a 2,45 $/litro). La mala noticia es que los valores pueden seguir cayendo un poco más en los próximos meses.
El FAS teórico de la leche pagada en tranquera de tambo para una industria promedio que destine el 100% de lo adquirido para elaborar leche en polvo entera se ubica actualmente entre 2,20 $/litro con un valor FOB de exportación de 2400 u$s/tonelada.
La mayor parte de la leche producida por los tamberos argentinos se consume en el mercado interno. Pero la exportación, si bien es minoritaria (15-20%), tiene un rol fundamental porque contribuye a descomprimir eventuales excedentes de oferta que, en caso de no poder colocarse en el mercado internacional, terminan generando sobrestocks de mercadería que perjudican a todas las industrias lácteas.
Buena parte de la bajísima capacidad de pago de las industrias polveras exportadoras se explica por el creciente retraso cambiario (con un tipo de cambio de 12 $/u$s el FAS teórico se ubicaría en 2,70 $/litro).
BUENAS PERSPECTIVAS PARA 2016
Si bien el último trimestre de 2015 será durísimo para la gran mayoría de los productores lecheros, se prevé que en los primeros meses de 2016 los valores puedan comenzar a recomponerse de la mano de una eventual mejora de los precios internacionales.
Luego de registrar un precio piso de 1590 u$s/tonelada en agosto pasado, el valor promedio de la leche en polvo entera comenzó a subir para superar los 2800 u$s/tonelada en la plataforma de subastas públicas de productos lácteos de la compañía neocelandesa Fonterra (Global Dairy Trade). Los movimientos de precios observados en Oceanía suelen replicarse –tanto a las bajas como en las subas– con cierto retraso en el Cono Sur de Sudamérica.
En el segundo semestre del año pasado los precios internacionales de la leche en polvo comenzaron a descender para terminar de derrumbarse en lo que va del año 2015. El enfriamiento del mercado internacional se presentó en un momento poco oportuno porque algunas industrias lácteas argentinas –luego del bloqueo comercial aplicado por Rusia en agosto de 2014 a grandes naciones agroalimentarias– apostaron fuerte por el mercado ruso, el cual, si bien inicialmente incrementó importaciones de quesos, éstas pronto se pincharon a causa de la fuerte devaluación del rublo (y también por compras trianguladas provenientes de orígenes supuestamente prohibidos).
Además, el buen estado de las pasturas generado por el “veranito otoñal” –el frío tardó mucho en aparecer este año– sumado al bajísimo valor interno del maíz, promovió producciones sostenidas de leche en la mayor parte de las cuencas lecheras argentinas en un momento en el cual se necesitaba, precisamente, lo contrario.