Las sembradoras apenas están pisando el campo y algunos productores todavía siguen comprando semillas e insumos, pero aún en ese estadio incipiente, muchos ya festejan por anticipado la buena campaña triguera que se avecina. “El trigo tiene el potencial para lograr una cosecha récord”, anticipó el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, al prever que luego de dos campañas finas muy complejas en lo climático, “la primera estimación de intención de siembra del cereal refleja que el productor quiere recuperar los quintales que le arrebató la falta de agua el año pasado”.
“Con un 3% más de siembra, el trigo argentino va por una cosecha récord de 20 millones de toneladas”, apuntó GEA en coincidencia con las estimaciones del reporte de oferta y demanda mundial de granos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), que esta semana habló de una campaña de 20,5 millones de toneladas para el cereal fino en el país.
Los buenos precios y la excelente humedad de los suelos contribuyen a lograr una marca que superaría en 200 mil hectáreas la siembra del ciclo anterior, y alcanzar las 6,7 millones de hectáreas superando una valla que hace tiempo no alcanzaba. De todos modos, el aumento del área de otros cereales de invierno como la cebada y también del maíz, le pondría techo al crecimiento que se esperaba para el trigo. En regiones como Córdoba el área declinará, pero Santa Fe está en el lote de las regiones donde se sembrará más: GEA estima un aumento del área en la provincia de 5%.
Las cotizaciones de los commodities agrícolas siguen marcando la agenda agropecuaria en la semana, ya que lo que se preveía sería una tendencia firme en este ciclo, se fue consolidando a lo largo de las semanas, apuntaladas por el valor de la soja que parece no tener techo. La oleaginosa volvió a romper un récord esta semana al cotizar por encima de u$s 610 la tonelada, casi el doble que un año atrás. Así, su contrato de mayo próximo a vencer, avanzó hacia esos niveles, pero también lo hizo la posición julio que tocó los u$s 603,52 la tonelada.
Soja por las nubes
De ese modo, la cotización de la soja en Chicago alcanzó su valor más alto desde septiembre de 2012 y se encuentra u$s 40 por debajo del récord que alcanzó ese mismo año, cuando cotizó por encima de u$s 650 la tonelada. Pese a que todavía la diferencia entre ambos precios es importante, la tendencia ascendente que mostró hasta el momento el poroto puede concluir en nuevo máximo histórico, estiman los analistas.
La corredora de granos Granar explicó que la suba se dio por “la ajustada relación entre la oferta y la demanda, que seguirá inalterable en lo que resta de la actual campaña y que persistirá en la campaña 2021/2022” y detalló que “así de breve y contundente resulta el fundamento de la tendencia alcista que acerca los precios de la oleaginosa al récord de 650,74 dólares alcanzado a principios de septiembre de 2012”.
Según el informe, Estados Unidos alcanzará una producción de soja en la campaña 2021/22 de 119,88 millones de tonelada, lo cual para el análisis de Granar “resultan insuficientes para hacer frente al consumo interno y a la demanda exportadora, donde China no muestra síntomas de querer reducir sus compras, tanto es así que el organismo elevó su cálculo sobre las importaciones chinas de 100 a 103 millones de toneladas”.
Por su parte, el analista de mercados de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Guido D’Angelo, también hizo hincapié en la alta demanda de aceites vegetales para explicar la suba en el grano y explicó que “se espera una baja muy importante de stocks de aceite de soja a nivel mundial, llegando a mínimos de 11 años”.
“En este marco, hay una muy fuerte demanda del subproducto, al mismo tiempo que Estados Unidos piensa en aumentar su stock, reducir sus exportaciones de poroto y destinar más soja al mercado interno, por que los niveles de crushing vienen en niveles muy elevados”, agregó D’Angelo.
Desde el sector agroexportador, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, proyectó que los altos precios internacionales podrían mantenerse ante una menor oferta de granos a nivel mundial. “Teniendo en cuenta que la sequía en América del Sur genera menos oferta, vemos 2021 con precios de la soja muy sostenidos”, señaló el dirigente. También remarcó que la mejora en el precio de la soja también muestra firmeza en sus derivados (harina y aceite de soja) que se ha “despegado a nivel mundial”.
Con esos precios, la decisión de exportar poroto y aceite se profundiza, con lo cual el sector consideró un alivio la decisión del gobierno que esta semana se publicó en el Boletín Oficial de prorrogar la actual ley de biocombustibles que venció el pasado miércoles, para poder contar con más tiempo para discutir el nuevo régimen que se propone para el sector.
A través del decreto 322/2021 publicado se estableció la vigencia del Régimen de Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles establecido por la ley 26.093, hasta el 12 de julio de 2021 o hasta que entre en vigencia un nuevo marco regulatorio de biocombustibles, lo que ocurra primero.
El secretario de Energía, Darío Martínez, sostuvo que “hay que ser respetuoso del poder Legislativo, pero entendemos que habrá una nueva ley que contempla el corte de bioetanol de caña de azúcar en su totalidad y protege a las pymes”.
Más trigo
Los datos de GEA indican que el área sembrada de trigo estimada superará un 3%. “De esta manera quedaría inmediatamente por debajo de la siembra del 2019/20 que marcó la máxima expansión del cereal con 6,8 M de hectáreas implantadas” y “con el nivel de tecnología que se aplicaría este año y si el clima no vuelve a ponerse en contra del cultivo, la cosecha podría superar los 20 millones de toneladas”.
“De materializarse, se constituiría en una cosecha récord para la historia del cereal”, indicó GEA y el volumen estimado sale de tener en cuenta pérdidas de área en torno a los 200.000 hectáreas y el rinde promedio nacional de los últimos 5 años: 31 qq/ha”, estimó GEA. Agregó que “este promedio considera dos años malos (las últimas dos, con 28 a 29 quintales), una intermedia, (de poco menos de 31 qq/ha) y dos buenas, las del 2016/17 y 2017/18 con más 33 qq/ha. De este modo, “es fácil ver que el trigo incluso bien podría superar los 21,5 millones de toneladas, pero también que el escenario malo lo situaría en los 18 millones, con lo cual las cartas que jueguen de acá en más las lluvias darán la respuesta”, dijo.
La gran incógnita es por qué sólo aumentaría el área en Argentina un 3% a pesar de los buenos precios actuales y de las adecuadas condiciones de humedad.
Según GEA, de la primera encuesta de intención de siembra triguera a nivel nacional aparecen algunas sombras que limitarían la expansión en este nuevo ciclo. “En Buenos Aires el año pasado hubo marcas memorables: casi 40 qq/ha de promedio y una siembra de 2,8 millones de hectáreas para la provincia”, dijo pero agregó que “la cebada, que este año va a recuperar área de forma importante y la falta de agua sobre el norte provincial estarían restándole al menos 250 mil hectáreas”, agregó.
En Córdoba, “en el este llovió más de 100 milímetros en la segunda semana de abril y esa zona cuenta con los perfiles cargados de humedad y la situación es óptima para hacer trigo, partiendo con un potencial de inicio de 40 qq/ha”, agregó GEA.
En esa zona hay una intención de sembrar entre un 15 y un 30% más de trigo, pero en el resto de Córdoba se va a sembrar el mismo nivel del año pasado.
La razón de este límite a un mayor aumento del área radica el maíz, según GEA. “La campaña 2020/21 que será récord de producción y de rinde en la provincia, ya encendió señales de entusiasmo y hay compras muy activas de precampaña para su próxima siembra”, indicó y planteó que en zonas como la provincia mediterránea son maiceras por excelencia.
En Santa Fe habría un pequeño aumento de un 5%, en La Pampa, un 7% y en Chaco y Santiago del Estero una recuperación de área que plantea aumentos interanuales del orden del 30%.
El planteo productivo muestra a un productor inclinado por el uso de tecnología de punta. “No será mejor que el año pasado, pero tampoco peor y que la forma de hacer trigo en Argentina ha cambiado desde hace 5 años y el salto tecnológico que dio el productor en el planteo del cultivo volverá a adoptarse en este ciclo”, indicó GEA.
“Los productores de la región central una vez más se plantean un nivel de fertilización para alcanzar rindes objetivos que van de los 40 a 55 qq/ha, con niveles muy similares a los del año pasado”, agregó. (fuente AgroClave)