El modelo actual de producción de leche de vaca que propone Argentina plantea que seis de cada diez tambos, sobre un total de 200 consultados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), plantean planes de crecimiento productivo y económico para un plazo de cinco años. Además, casi uno de cada diez deja la actividad por falta de rentabilidad o bien por la avanzada edad de su dueño.
En un sistema que cuenta casi con cerca de 9.500 establecimientos productores de leche en el país, la rentabilidad promedio ronda el 1,57% tras años de fuertes crisis sectoriales, y con empresas que destinan mensualmente un 30% de sus ingresos a la compra de alimentos para sus vacas lecheras, sin contar allí el impacto que tiene el combustible en el balance de la empresa.
Esta información surge de los datos provisorios aportados por la última Encuesta Sectorial Lechera, realizada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que refirió que la localización de los tambos geográficamente se sitúan en un 38% en Santa Fe, un 34% en Córdoba, un 19% en Buenos Aires, y otro 8% en Entre Ríos.
La actividad en los tambos se concentra principalmente en empresas encaradas por sus propietarios, ya que la superficie alquilada ofrece una falta de incentivo a la inversión en este tipo de producción pecuaria y se redujo sensiblemente desde comienzos del 2001 a la fecha. Hoy solo en un 37% de casos productivos relevados (de 194 tambos, en el ejercicio julio 2018 a junio 2019), asumen contratos de alquiler solo por litro de leche para promover la producción láctea en los campos.
Un tema también a tener en cuenta es la decisión a futuro que se está adoptando en los distintos tambos a cinco años: ya que la perspectiva productiva para ese período de tiempo de “crecimiento” es solamente para el 58% de los consultados; y de “estabilidad” tanto productiva como económica para otro 29%. Un porcentaje del 8% habla de “razones de salida” del negocio de producir leche: un 36% plantea cuestiones de “edad o salud”, pero un porcentaje similar del 36% deja el negocio por falta de “rentabilidad” para el próximo lustro.
Más datos
En lo que se refiere al precio de la leche pagada por las usinas lácteas durante el período calculado: el valor abonado contó con un mínimo de u$s 0,209 y un máximo de u$s 0,352 por litro entregado. Esto se da en un contesto donde la producción de leche en la Argentina apenas supera los 10 mil millones de litros anuales, nivel que se mantiene sin grandes cambios desde hace dos décadas. Durante el 2019, se constató una caída de 986 tambos, el achicamiento de los rodeos en 100 mil vacas lecheras y también la caída de un 1,7% anual en la obtención de leche con 10.343 millones de litros contabilizados.
Según la encuesta del INTA, los tambos de las principales cuencas lecheras de Argentina cuentan con una producción promedio de 2.918 litros diarios, donde un 39% obtiene entre 1.001 a 2.500 litros/día, un 27% entre 2.501 a 5.000 litros, otro 19% menos de 1.000 litros diarios, un 10% de 5.000 a 7.500, y por último otro 10% que obtiene entre 7.500 a más de 10.000 litros diarios.
La superficie del establecimiento promedio dedicado a la obtención de leche de vaca alcanzó las 181 hectáreas mientras que en el caso del área empleada para las vacas adultas alcanzó las 129 hectáreas. Allí un 50% del suelo se dedica prácticamente a obtener pasturas, un 19% para Silaje y Grano. En las áreas de cultivo, en la mitad de los casos se fertilizan las pasturas y praderas. Y en el 77% de los casos relevados, se fertiliza el cultivo de maíz para silaje.
Con esto el valor del maíz empleado sumó un piso de 1,55 kilos de forraje por litro de leche obtenido, y con un nivel máximo de 2,37 kilos por litro obtenido. Para el caso de la alimentación de los animales, un 46% utiliza forrajes frescos y heno, mientras que un 29% de concentrados y un 25 restante de silaje.